Indagamos en la esencia de El Tendal Vintage, una tienda de ropa que promueve un mensaje saludable en un mundo monopolizado por la tendencia y las grandes marcas

No es casualidad entrar a El Tendal Vintage y sentirte como en casa. Es la consecuencia de un servicio basado en la cercanía y la naturalidad. Porque este pequeño negocio local es más que una tienda de ropa, es una manera de entender la vida, comprometida con la sencillez, la sostenibilidad y la libertad de ser quién quieras ser. Desde Cool Coruña, hemos podido conocer más en profundidad a Valeria, Yoli y Patricia, las protagonistas de esta nueva historia. De nuevo, es hora de abrir el telón. Comenzamos.
P: Como siempre, me gustaría empezar invitándoos a que os presentéis. ¿Qué es El Tendal Vintage, y quiénes están detrás?
R: El Tendal Vintage es un proyecto de tres personas, Patricia, Yolanda y Valeria, que hemos puesto en marcha una tienda vintage porque nos encanta la moda en general, pero sobre todo vintage. Además, lo hemos hecho porque defendemos mucho la economía circular y la sostenibilidad, y este tipo de proyectos creemos que ayudan mucho en ese sentido. La razón de que hayamos abierto el Tendal Vintage en Coruña es porque fue una de las ciudades en las que se inició el fenómeno de fast fashion con Inditex, que nació aquí. Creemos que es el momento de romper un poco con esa tendencia. Desde nuestra tienda, creemos que podemos inculcar a la gente un mayor sentido de comunidad y de conciencia a la hora de consumir ropa. Por eso, también tenemos ropa de segunda mano que traemos no solo de España, sino también de América, Italia y Reino Unido.

P: Sois un negocio familiar, con todo el riesgo que puede tener separar lo familiar de lo profesional. ¿Cómo surgió la idea de plantearlo así, sin socios externos?
R: Yo [Patricia] llevaba 20 años en tienda, y creía que era el momento de empezar con el proyecto. Yolanda y yo ya habíamos trabajado juntas en otra empresa. Cuando tuve la idea clara y supe lo que quería, hablé con ella. Empezamos como hermanas y como socias. Al ser hermanas que nos llevamos poco tiempo, en realidad somos como amigas. Yo he tenido proyectos con amigas, y aunque han estado muy bien, creo que entre hermanas, o entre madre e hija [Yoli y Valeria], el hecho de trabajar juntas puede fortalecer ese vínculo aún más. Nosotras estamos encantadas. Además, esto nos inspiró para diseñar la tienda, que está decorada como si fuera una casa. Esta idea surge de un viaje a Venecia, donde en las casas veías todos los tendales con la ropa de la gente; la exponían y la dejaban fuera a la vista de todo el mundo, vecinos o turistas. La gente se mostraba así auténtica, sin ninguna vergüenza, sin tener que ocultar nada, desde ropa interior hasta una camisa manchada. Tomamos esa idea porque no queremos que la gente se esconda detrás de las tendencias que imponen las redes sociales, por ejemplo, o la moda rápida, que pretende que te vistas como un clon de tu vecino por seguir las tendencias generales. Lo que queremos es que la gente se sienta como en casa cuando se visten, por eso tenemos la tienda decorada de esta manera. Es una manera también de invitar a la gente a que se sienta cómoda. Lo bueno de la tienda vintage y de segunda mano es que no te obliga a seguir ninguna moda. Tienes una exclusividad, porque puedes encontrar lo que te apetezca o lo que quieras pero no vas a ir igual que los demás. Cada prenda es única. Velamos por crear una comunidad donde lo que predomine sea la autenticidad, sentirte tú mismo en cualquier momento con lo que llevas puesto, porque las prendas que te pones hablan de ti mismo. Es imposible que te identifiques con lo que lleva otra persona. Tú tienes tu propia esencia, y queremos que eso predomine.

P: ¿Qué tipo de tiendas o líneas de moda os han servido como referentes?
R: Todas tienen algo que aportar. Menos lo que es moda rápida, que no lo trabajamos, cada país o cada entorno en que nos hemos inspirado tiene su esencia propia. Por ejemplo, Reino Unido tiene unas prendas que para nosotros son muy interesantes, como pueden ser las gabardinas. Luego, están las marcas del mundo del trabajo, como Carhartt, y el mundo americano, con estilos relacionados con el deporte, béisbol, fútbol, NBA…Pero, más que las marcas, lo que recogemos es la esencia que quiere transmitir ese tipo de prendas, y eso se percibe también en la tienda. Creo que lo bueno de este tipo de tiendas vintage es que representan la libertad y la personalidad.
P: Ya en el ámbito del sector, ¿creéis que hay suficiente apoyo mutuo y comunicación dentro del gremio de la moda local?
R: Entre las tiendas vintage, hay muy buen rollo. Quizás falta un poco de impulso desde nuestro sector concreto, el de la moda vintage, se necesita visibilizar más. Por ejemplo, las tiendas de Inditex están concentradas en la zona de la Plaza de Lugo, y si vas por ahí, acabas pasando de una a otra. En cambio, de las diez tiendas vintage que puede haber en Coruña, estamos cada una en cada punta. Estaría genial centralizar un poco la localización de este tipo de tiendas, impulsando la mentalidad de crear comunidad. Crear una zona para que se entienda que estamos todas conectadas, porque hay algo que es único de las tiendas vintage, que la competencia no es realmente competencia. No vas a encontrar estos pantalones o esta camisa en otra tienda, no hay réplicas, cada una tenemos un producto único. Al no haber esa competencia, podemos apoyarnos entre todas para impulsar ese tipo de mentalidad. Tenemos ese sentido de pequeña comunidad, pero nos falta el apoyo del Ayuntamiento, que nos publiciten, que nos ayuden a crecer, y también a educar a la gente a entender este concepto. Hay gente que ve la ropa de segunda mano como “estoy llevando algo que ya ha llevado otro, y eso no mola”, o que a lo mejor es de menor calidad, y no es así en absoluto. En nuestra tienda, trabajamos mucho el producto, no aceptamos ropa en mal estado, está todo listo para usar. Vendemos ante todo calidad. Es verdad que las prendas de segunda mano pueden traer algún deterioro por el paso del tiempo. Hay prendas de 20 o 30 años que están en perfecto estado, a pesar de tener algún pequeño deterioro, pero hay que tener en cuenta que la calidad de antes no se puede comparar con la de las prendas actuales. Una prenda de hoy en día no va a poder durar 20 o 30 años con tan buen estado. Además, la segunda mano te permite colaborar con el respeto al medio ambiente, algo que ya está calando bastante en la gente, al mismo tiempo que te llevas una prenda exclusiva, única. Las calidades de antes no son como las de ahora, insisto; las de antes estaban hechas para durar, las de ahora están hechas para comprar. Para que, en muy poco tiempo, vuelvas otra vez a comprar.
P: Es la sociedad de la inmediatez, ¿no?
R: Claro, aparte de decirte cómo debes ir en cada momento. No hay nada más triste que las tendencias. Nosotros no queremos eso. Además, si buscas calidad, no la vas a encontrar igual hoy en día.
P: Por lo que dices, sois una pequeña comunidad casi como David frente a Goliat. ¿Cómo es luchar contra esa competencia de las grandes tiendas?
R: En realidad, somos algo diferente. Cuando viene a una tienda vintage, la gente ya sabe a lo que viene. Viene a comprar una prenda diferente. Realmente, no te están comparando, ni por el precio, ni por el lugar. Nuestra clientela lo tiene claro, por eso, nosotros lo que tratamos es de dar el mejor servicio, con la mejor atención al cliente. Pero en el pequeño comercio los precios ya están muy ajustados, nuestro margen como negocio nada tiene que ver con el de las grandes cadenas, que es una barbaridad. Ahí está quizás nuestra lucha, que el cliente de calle no es consciente de esta diferencia, y a veces te pide más descuentos o que le iguales con los de las grandes tiendas. No entienden que nuestro margen es mínimo porque tenemos unos gastos, no tenemos subvenciones como ellos, no tenemos ayudas como ellos, pero pagamos impuestos como el que más. Creo que por eso hay cada vez menos pequeños comercios. Y la gente no tiene aún conciencia de eso. Es como si vas a un pequeño supermercado, pues no es lo mismo que ir a una gran cadena alimenticia, los costes no son los mismos. Pero volviendo al sector de la moda, en cuestión de producto estamos vendiendo dos conceptos totalmente diferentes. O se complementan, o si no, no se perjudican el uno al otro porque son distintos. En nuestro caso, estamos muy satisfechas porque tenemos unos clientes fantásticos, que crean comunidad porque ves que vuelven, que disfrutan y se lo pasan bien en la tienda. Les gusta estar, mirar, porque no siempre tienes que venir a una tienda second hand o vintage a comprar, a veces vienes a disfrutar, a buscar tu tesoro. Un día lo encuentras, a lo mejor otro no, pero has pasado un buen rato.
P: Es toda una filosofía.
R: Es que tenemos un eslogan en inglés para nuestro concepto: “A new story to be told, and an old one to be shared”, que significa “una nueva historia que contar y una antigua por compartir”. Es lo que buscamos: cada prenda, como cada persona, tiene una historia, y cuando compras esa prenda única, la complementas dándole tu estilo único. Por eso, decimos que aquí no se trata solo de comprar, se trata de pasártelo bien encontrándote a ti mismo con estas prendas únicas.
P: Para terminar, quería saber qué aconsejaríais, desde vuestra experiencia como empresarias, a alguien que quiere poner en marcha su propio negocio.
R: Que siga su sueño, que lo haga. Empezar poco a poco, porque lo más difícil es dar el primer paso. Una vez que tomas la decisión y quieres hacer tu proyecto, siempre tienes que ir construyendo. Vete como cuando estás haciendo un jersey, poco a poco, pero vete haciendo los puntos, vete consiguiendo cada día una cosa y sigue adelante. No es fácil, es algo laborioso porque es un negocio, pero merece cien por cien la pena. Ser dueña de tus sueños, ser dueña de tus tiempos y encontrarte con gente maravillosa, sean clientes o proveedores, es un crecimiento personal increíble. Por otro lado, a veces piensas que puedes ser capaz de hacer las cosas tú sola, pero es importante encontrar apoyo en gente en quien confías al cien por cien y que se complementa contigo. Tener un buen equipo a tu lado es muy importante, porque es complicado dominar todo lo que tiene que ver con tu idea de negocio. Tener un buen equipo proporciona estabilidad y ayuda a ir con los pies en la tierra. En ese sentido, creo que tenemos que retomar el pequeño comercio, que es lo más bonito que tenemos, los pequeños grandes proyectos. Lo genial es ir por la calle e ir conociendo distintos comercios con distintas personalidades y formas, y no que esté todo concentrado en grandes centros comerciales. Por eso es importante mantener la autenticidad en tu negocio y guiarte un poco por tu instinto.
P: En ese sentido, ¿habéis pensado crear una línea de ropa propia en un futuro?
R: Un proyecto de ese tipo, orientado a la fabricación, ahora mismo no lo tenemos en mente. Lo que sí hacemos es colaborar con iniciativas o proyectos que nos resulten interesantes, por ejemplo, ahora estamos colaborando con artistas plásticos. Entonces, ¿por qué no integrar otro tipo de arte, por ejemplo, customizando prendas nuestras? Eso es algo que ya hemos hecho. Si eso pudiera acabar siendo una línea propia de moda, tendría que ser, en todo caso, sostenible y estar dentro de nuestra línea de respeto al medio ambiente. Nunca se sabe, somos una cajita de sorpresas.