La línea de ropa «El Moreno Beach» marca tendencia por su estética influenciada en la cultura mexicana y navaja, y por romper con la rígida simetría del mundo de la moda
Las reglas son una guía útil y necesaria para cimentar los primeros pilares de cualquier actividad. Sin embargo, hay que ser precavidos ante la rigidez académica que imponen los estándares establecidos. El valor de la creación, artística o práctica, reside en la transparencia personal, en la caricaturización de uno mismo en nuestra composición, que termine convirtiéndose en una extensión de nuestras ideas, inquietudes, preocupaciones o necesidades. Por esa misma razón, no hay que temer a dar rienda suelta al libre albedrío de la imaginación, ni a catarsis de la personalidad, pues puede llegar a ser sorprendentemente prolífica. Desde Cool Coruña, hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Patricia Casás, la persona detrás de El Moreno Beach, una marca de ropa local que irrumpe entre los cánones predeterminados de la moda, a partir de un estilo que absorbe la esencia de variedad de culturas étnicas, y que nace de la intuición más apasionada. De nuevo, una vez más, es hora de abrir el telón. Comenzamos.
P: Para comenzar, me gustaría que la propia entrevistada diera su visión sobre sí misma. ¿Quién es Patricia Casás?
R: En relación a la marca, soy una persona que no soy diseñadora, ni tengo preparación de diseño, solamente hago las cosas que me gustan por intuición. Empecé de manera un poco casual, haciendo cosas que me gustaban para mí. Supongo que te habrás encontrado con más personas así en tus entrevistas, que han empezado de manera casual haciendo algo que les gustaba y que luego tuvo tirón. En mi caso, a mis amigas les empezaron a gustar mis cosas y me fueron pidiendo para regalar. Empecé a regalar, y no tenía pensado nunca vender hasta que a una amiga le preguntaron por una prenda mía, le puso precio, empezamos a colaborar, me animaron a abrir una cuenta en Instagram y se me fue un poquito de las manos… y hasta hoy. En el momento en que empecé, para mí era un hobby y, aunque ahora mismo tiene mucho más recorrido, y la marca tiene muchos otros matices, quiero que la marca siga siendo para mí como un hobby. En el momento en que deje de ser un hobby, dejaré la marca. En el momento en que me sienta preocupada y no me divierta, que haga las cosas porque me las piden y no porque a mí me guste, o que tenga que abrir un Pinterest para ver inspiración, ahí cerraré.
P: Tu marca “El Moreno Beach” fue una especie de fenómeno antitendencia o, por lo menos, así lo reflejan algunos medios que han hablado de ella. Pero quién mejor que tú para decirnos cuál es el rasgo distintivo, la esencia de tu marca.
R: Tú puedes ver muchas prendas étnicas en la calle, con estilo o apariencia étnicas, pero los tejidos… Yo siempre traigo los tejidos de fuera, eso es muy importante. Ya las primeras cosas que hice eran con tejidos traídos por mis padres de sus viajes. A partir de ahí, yo empecé a traer mis propios materiales, de forma que siempre son tejidos de verdad, no dibujados ni imitaciones. Esa es una de las señas de identidad. Luego, está también la imperfección, es decir, yo no desecho un tejido porque tenga algo asimétrico o alguna puntada. Al contrario, me gusta más que tenga alguna imperfección, que se vea que ha sido hecho a mano, que tiene una historia detrás. Por ejemplo, una de las prendas que son mi seña de identidad, las sudaderas asimétricas, comencé haciendo la primera por un error, porque yo no mido, hago todo por intuición. Yo coloco la prenda como si fuera un lienzo, la tengo en blanco, digamos, le empiezo a poner cosas y no sé cómo va a acabar. Y una vez, en una de ellas me equivoqué; al hacerlo a ojo, me salió super asimétrica. El resultado me quedó tan asimétrico que empecé a potenciar que fuera asimétrico, y me gustó tanto que a partir de entonces ya las hago así. De hecho, esta es una de las prendas que más se venden porque, además, las asimetrías estilizan un montón. Aparte de esto, otra seña de identidad de mi marca, más que los tejidos y todo aquello que se ve, es también el trato personal con el cliente. Yo no tengo web, todo lo hago o por Instagram o porque la gente viene personalmente a verme. Me preocupo muchísimo por el cliente. Por ejemplo, hay clientes que llegan y yo sé que no van a comprar nada, pero me puedo tirar toda una hora con ellos. Hablo con ellos, les escucho, me preguntan cien precios, cien cosas… Le dedico mucho tiempo y cuidado al trato con el cliente. Creo que esto te diferencia de otras muchas marcas que puedes comprar por su web, pero a las que les da igual quién sea el cliente. A mí el cliente me preocupa mucho. Por eso, al final muchos acaban siendo, en un porcentaje muy alto, amigos y amigas, me sé la vida de muchos de ellos [risas]. No soy nada comercial, y eso le gusta mucho a la gente. Hay clientes a los que les digo “esto no te lo lleves, que ya tienes algo muy parecido”, y esto, lejos de espantarles y de hacer que no vuelvan, pasa lo contrario, que vuelven confiando en mí. Esto me importa mucho. Para mí, es una de las señas de identidad más importante, el trato personal. Ropa bonita la puedes encontrar en cualquier lado, pero de esta manera, encima, paso un buen rato y quiero que esa sensación se traslade a la marca. Y creo que lo consigo.
P: La ropa que diseñas tiene un fuerte componente cowboy, una estética como de western, y tu gusto por los tapices mexicanos, como has dicho en varias entrevistas, también se ve en tus diseños. Todo esto lo combinas con la compra de los materiales aquí, en el comercio local. ¿De dónde viene esa predilección por la estética western, y esa idea de compaginarlo con la realidad local?
R: La idea surge por obligación, porque en mi casa se veían películas de vaqueros, quisieras o no [risas], tanto en la casa donde me crie como en los veranos en casa de mis tíos. Me gustaba la trama, pero sobre todo me gustaba esa estética desde niña, los colores… Entre los indios y los vaqueros, yo siempre me quedaba con los indios. Desde entonces, aún sigo buscando y viendo estas películas, ahora porque quiero. Además, tengo muchas cosas que he comprado en viajes, o que me han traído, que sobre todo atesoraba de viajes de mis padres. Así fue como empecé a conocer cómo se trabajaban estos materiales, y luego ya los fui consiguiendo yo. También compro mucho en mercerías locales, también en mercadillos. Incluso compro tejidos que tienen el precio aún en pesetas, porque cuanto más antiguos, más me gustan. Creo que combinando cosas de culturas muy lejanas con cosas hechas aquí, aparte de que ayudas al comercio local, puedes crear prendas muy diferentes. Además, me viene muy bien, porque me resulta fácil integrar lo uno y lo otro.
P: ¿Cómo compaginas la gestión de una línea de ropa que tiene éxito con tu trabajo principal? Tu marca es tu hobby, pero ¿cómo consigues este equilibrio sin desatender la marca y seguir ofreciendo ese trato tan cuidado a los clientes?
R: Principalmente, lo consigo porque me encanta. De llevar la marca me encanta la parte que me exige estar sola muchas horas creando, pero también me encanta la parte que me permite hablar con los clientes, porque me encanta hablar, y también conocer a mucha gente. Estas dos cosas que confluyen en la marca me encantan. Muchas veces, le saco horas al sueño, otras veces a mi ocio, a ver a mi familia y a mi gente, porque no puedo desatender a mi trabajo principal, pero me compensa, porque me lo paso muy bien. Como te decía, si no me lo pasase tan bien, no podría seguir. Pero me resulta fácil, la verdad.
P: Hay sectores en A Coruña que experimentan realidades completamente diferentes, sobre todo en la cultura, el arte, la música, donde quizá se está sufriendo un poco, mientras que en otros, como la gastronomía, se está creciendo muchísimo, hasta casi convertirse en una referencia importante fuera de la ciudad. Desde tu percepción como creadora, ¿en qué punto se encuentra la moda local?
R: Creo que somos un referente a nivel de Galicia. Es cierto que la moda gallega, no solo la de Coruña, siempre fue super importante. Pero, en mi opinión, ahora Coruña está despuntando. Viene gente de todas partes, no solo por la gastronomía, que también, pero es que flipan de cómo vestimos. Quizá nosotros no lo notamos tanto porque estamos acostumbrados, pero sí lo vemos cuando vamos a otras ciudades en las que, a lo mejor, la gente no se arregla tanto. Por eso, considero que somos un referente. Es cierto que aquí también hay gigantes de la moda que todos conocemos, y que, a veces, son muy criticados, aunque creo que está muy bien que estén. Habrá cosas malas en ellos pero, si lo pones en una balanza, creo que es muy positivo que estén porque hacen bien a los demás. Por ejemplo, en las etiquetas de mis prendas principales pone que están hechas aquí, en Coruña, y cuando las he tenido en tiendas, la gente de las tiendas me decía que los clientes valoraban muchísimo al ver que estaban hechas en Coruña. Eso es un valor añadido para las creaciones locales.
P: Ahora que mencionas a las grandes corporaciones del sector, que funcionan como un incentivo para la ciudad, quizá hay que preguntarse si estas grandes marcas, cuando surgen iniciativas locales más pequeñas, como la tuya, que tienen punch y que calan entre la gente, tienden a fijarse en vosotros e intentan absorber o copiar lo que hacéis como creadores locales. ¿Hay esa tendencia o no?
R: Creo que lo hay porque me lo han contado. Yo no lo he sufrido de los grandes, pero sí me lo han contado gente pequeña que sí lo han sufrido. Sí que pasa. Fíjate que a mí, al contrario, la gente que me ha copiado ha sido gente pequeña. Eso es algo que me molesta mucho. Me ha pasado en una ocasión: una tienda de aquí que quería tener mis cosas, me intentó comprar, yo no podía venderle porque lo tenía en otra tienda, entonces me lo compró de manera personal para su uso, lo devolvió y luego lo sacó ella. Me dolió muchísimo más que me lo hiciera alguien pequeño, parecido a mí, que alguien gigante al que les damos absolutamente igual. Otra vez que me han copiado ha sido aquí en Galicia, en Vigo, y pasó lo mismo: una persona que quería comprar lo mío, lo compró y me dijo que creía que no iba a tener salidas, y luego lo sacó igual. En los dos casos hablé con las personas, porque estaba cantadísimo. Tengo la marca registrada, y algunas prendas también, no todas porque es carísimos registrar absolutamente todo lo que tienes, pero las prendas principales, como las sudaderas y ponchos las tengo que tener registradas. Tengo que protegerlas.
P: Desde una perspectiva más de conjunto, en el ámbito de la modal local, ¿crees necesaria la aparición de más iniciativas y eventos colaborativos que fomenten e impulsen el crecimiento de la moda local?
R: Lo considero totalmente necesario, también a nivel individual y según lo que a cada uno le venga bien. Hay un montón en Coruña y alrededores, eventos tipo market donde mezclas todo tipo de cultura, mezclando música con gastronomía, de forma que los seguidores y los clientes de uno puedan verte y disfrutar de lo que tú ofreces pero que, al mismo tiempo, vean que enfrente hay una chica, por ejemplo, que hace velas que te encantan, y ves a ese tío que está cantando, que no lo habías escuchado en la vida y, de repente, te pones a buscar dónde está colgada su música… Me parece fenomenal. Es cierto que, luego, cada uno de nosotros tenemos que buscar lo que nos va bien. Yo he ido, sobre todo cuando empezaba, a algún tipo de markets donde, a lo mejor, no me he comido un rosco pero alguien que me había ido a acompañar le ha ido fenomenal. Pues solo con eso, con que a alguien que ha venido conmigo ya le haya ido bien, aunque a mí no, a mí ya me sirve, porque otro día habrá otro market que a mí me va a venir bien. Por eso, considero totalmente positivas este tipo de iniciativas, que haya colaboraciones porque, con el tiempo, cada uno va a saber cuál es la fórmula que más le encaja. Y otra cosa importante es que cada vez haya más revistas y más medios, como el vuestro, que den a conocer a gente como nosotros al lado de gente que ya es más conocida. Que puedan salir todos al mismo nivel y en el mismo medio, me parece de agradecer y totalmente necesario.
P: Te lo agradecemos, desde Cool Coruña, porque es un bonito detalle que lo digas. Y ahora que la entrevista ha cogido este tono tan agradable, me gustaría terminarla con una pregunta que tiene que ver con lo emocional. En el momento en que una marca, un proyecto, deja de ser estrictamente un hobby y empieza a preocupar más todo aquello que es propio de un negocio, ¿crees que la pasión, el gusto por lo que uno hace, por cumplir su sueño, es lo que realmente mueve a los creadores, su auténtico motor cuando a lo mejor aparecen las dificultades o las dudas?
R: Es una buena pregunta, pero hay tantos tipos de gente… Conozco a muchísima gente a la que también les pasa todo esto que te he dicho. Pero también conozco a muchísima que también se mueven por su pasión, y que les gustaría que lo que hacen solo fuese su pasión pero que necesitan vivir de eso. Entonces, tienes que encontrar un equilibrio entre tu pasión y ser un poco comercial. Entonces, esa gente ya no puede hacer lo de “no te lleves esa sudadera”. Si yo viviera solamente de esto, a lo mejor tampoco podría decirlo, y creo que no estaría tan contenta, pero, bueno, tendría que adaptarme. Y luego hay mucha gente que, evidentemente, solo se mueve por dinero, que hoy está haciendo la marca equis y es hippy, y de repente mañana está haciendo otra cosa, números en el banco, y pasado mañana vuelve a cambiar, porque solo va a irse al sector que en ese momento le dé dinero. Eso también es muy respetable, claro está. ¿Que hay gente que la mueve solo su pasión? Creo que no hay tanta como dicen o como parece. Ojalá hubiera más, les saldrían las cosas mucho más bonitas. Además, creo que cuando la gente hace las cosas porque le gusta de verdad hacerlas, no por copiar o por hacer dinero, perdura más en el tiempo y el cliente lo nota. Aunque tú empieces de una manera más humilde, si lo haces porque te gusta de verdad, al final la gente va a venir por ti, va a ir a buscarte. En ese sentido, a veces siento o que yo debería haber nacido en otra época, o que soy un poco bicho raro por no ser más agresiva en cómo llevo la marca. Pero bueno, es cierto que todo el mundo tiene sus urgencias y sus historias detrás, y hay que comprenderlas.