Nat Simons: «La historia ha invisibilizado a la rockera española»

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Conversamos con Nat Simons, consolidada cantante y compositora de la escena nacional que apela por la visibilidad de la mujer en la industria musical.

Foto: Juan Pérez Fajardo

El talento supera la controversia de las cuestiones de género, o así debería ser. El escaso reconocimiento de las pioneras del rock, la incredulidad que aún despierta en la gente una banda integrada únicamente por mujeres, o la revisión pormenorizada a la que se exponen en el escenario sobre aspectos ajenos a su desempeño musical, son algunas de las consecuencias de años de marginación de la figura femenina en la industria del rock. Desde Cool Coruña, hemos tenido la oportunidad de hablar con Nat Simons, consagrada como una de las compositoras más destacadas del panorama nacional, y como una de las activistas del carácter luchador de las «felinas» de la música, inmortalizadas en la esencia de su último álbum, «Felinas». De nuevo, es hora de abrir el telón. Comenzamos.

P: Para empezar, pedimos a nuestros entrevistados que se definan a sí mismos. ¿Quién es Nat Simons?

R: Nat Simons nació ya hace 15 años, de una necesidad artística y de expresión. El querer hacer canciones es el resultado de conocer más en profundidad la música de Bob Dylan. Además, gracias al documental de Scorsese, conocí un poco más su trayectoria y su carrera. Sobre mi nombre artístico, apareció por casualidad por un cómic titulado Cat Simons, y así quería que me conociera el mundo. Después, con el paso de los años, Nat Simons se fusiona con mi propia persona, y me di cuenta de que es la versión más real y fiel de mí. Desde siempre estuve involucrada en proyectos artísticos, pero la música fue la mejor manera de expresarme con el arte en todas sus facetas. Entonces, Nat Simons empieza como un alter ego, pero acaba siendo como algo mucho más grande que yo, como la versión más profunda de mí misma. Ahora mismo, cuando me preguntan si Natalia García y Nat Simons son personas diferentes, les digo que no.

P: Hace relativamente poco publicaste “Felinas”, un álbum en el que combinas versiones con reediciones de tu repertorio original, enfocado desde un rock que varía desde un punto más glam en algunas canciones a uno un poco más psicodélico en otras. ¿La elección de recurrir a este género es una manera de potenciar el mensaje reivindicativo feminista del disco?

R: Aunque cuando empecé con mis primeros discos me catalogaban como cantante “folk” o “country” y tal, siempre me he sentido identificada con el rock en todas sus variantes, no solo como género musical, sino por el estilo de vida que conlleva. El rock de carretera, de ser nómada, de bueno ese estilo de vida, no de de los rockeros que yo creo que van desde Neil Young hasta AC/DC.                                                                                                                                    

En el rock, sobre todo en España, se ha marginado la figura de la mujer, no se le ha dado la misma visibilidad que a los hombres. Un ejemplo de esto es Aurora Beltrán, que es una de las felinas que está en el disco, la comparas con una figura como Rosendo, que han ido de gira juntos, y te das cuenta de que no se le ha dado la importancia que la rockera española debería haber tenido, porque gracias a ellas han salido muchas otras. La historia ha invisibilizado a la rockera  española. También ocurre a nivel internacional. Se asocia el rock a algo testosterónico, y choca más ver que una tía habla deslenguada, que tenga las cosas claras y las suelte como le apetezca, o que haga una música más heavy. Incluso la propia industria nos ha intentado llevar más al pop. Hasta la prensa nos mira más lupa. Por eso me he enfocado en la mujer rockera, porque creo que en este género se nos ha invisibilizado más, y hay grandes historias detrás, muy potentes a nivel de lucha. Si ves los carteles de festivales de rock, ves que aún faltan muchos nombres femeninos, aunque se estén dando cuenta poco a poco de ello.

P: Sí, sí. Además, en el álbum incluyes una canción nueva, “Pequeña Guerrera Estelar”, que va en la línea de la reflexión de la figura de la mujer en la industria musical, y en general, en la sociedad. En tu experiencia, ¿te has encontrado con barreras u obstáculos en tu carrera por el hecho de ser mujer?

R: Seguramente no tantos como las de los 70 cuando empezaban. Runaways, por ejemplo, que fueron las pioneras del hard rock y se debieron de encontrar con cada cosa tremenda. Yo empecé sin esperarme nada, sin pretensiones de triunfar, no sabía qué me iba a encontrar. Pero, curiosamente, me acuerdo de que publiqué uno o dos temas en un blog allá por el 2010, y la primera sorpresa que me llevé, nada más empezar mi carrera, fueron los comentarios negativos de “otra tía más con guitarra”, y fui descubriendo que era una constante, que no sólo me pasaba a mí, sino a otras artistas de mi generación. Hay miles de tíos que hacen lo mismo, pero parecía que solo las cuatro que cantábamos en inglés con la guitarra molestábamos.

También hay ciertas cosas sobre las que te das cuenta con el tiempo que a tus compañeros no les pasa tanto. Por ejemplo, el tema de la condescendencia, que llegas a un sitio y te explican una cosa sin que tú le preguntes, o escuchas “oye, las novias fuera del camerino dicen”, y tienes que aclarar que vienes a tocar. Son detalles del día a día que al principio las asumes, pero que vas tomando conciencia de que no deberían ser así. Sí que es cierto que en estos últimos 10 años he visto que la gente ha despertado en ese aspecto. Ya no se normalizan cosas que antes lo eran, como que durante una entrevista te digan “ah, qué mona” o comentarios similares. Y también me alegra que cada vez haya más mujeres músicas. Baterías, guitarristas… y además muy buenas, tremendamente buenas. Me jode cuando escucho, aunque ya no se dice tanto, el “qué bien toca para ser mujer”. Me acuerdo de que, en un concierto de Susan Santos en el 2015, le tuve que llamar la atención a un hombre que soltó algo parecido. Todavía falta camino por recorrer para llegar a ese momento en el que no sea raro ni sorprendente ver un grupo entero de solo chicas, o que sea natural ver un cartel de un festival en el que haya tanto tíos como tías, sin que se sienta como algo forzado. De hecho, me pasó una vez un festival nos llamó y nos dijeron “mira, es que necesitamos meter un grupo de tías, o con una mujer o con varias mujeres”. Yo me preguntaba “¿cómo que necesitamos?” Es que debería de haber, porque hay un montón de mujeres que atesoran una calidad artística brutal, con propuestas muy diferentes y originales.

P: La siguiente pregunta va un poco en la línea, hasta quizá ya me hayas respondido, porque la pregunta es: ¿se está desarrollando una mentalidad más aperturista en cuestiones de género dentro de la del mundo de la música y, si no es así, qué medidas se pueden tomar para construir un entorno más equitativo en la industria?

R: Está materializándose un cambio de mentalidad. Me gusta lo que pasó el otro día con el grupo de Niña Polaca, que una de sus integrantes llamó la atención de que había más mujeres entre el público que en el cartel. Deberíamos hacer valoraciones basadas en la calidad artística, por encima del género. En todo caso, sí que hay propuestas de festivales que se están enfocando en visibilizar el talento femenino. También los referentes son muy importantes para servir de inspiración a otras chicas, que vean que ellas también pueden conseguir su objetivo. Por esa misma razón, proyectos como el de Felinas y la colaboración entre nosotras es fundamental. Siempre se ha vendido que hay rivalidad entre mujeres, y no estoy de acuerdo, al contrario. Hay buena sintonía entre nosotras, sin una competencia tóxica. Y retomando el tema de la condescendencia, seguramente algunos compañeros de profesión lo han sufrido, y pueden empatizar con nosotras, de manera que también podamos colaborar entre todos. Por eso “Felinas” es un proyecto inclusivo total. He trabajado con grupos en los que hay chicos y chicas, de diferentes generaciones, que admiramos a grandes referentes como como son Patty Smith, Aurora Beltrán o Luz Casal. Tenemos que remar todos en la misma dirección. Yo lo entiendo como una lucha por lograr el respeto por la figura femenina. También ocurre con la gente veterana, que en este país parece que se les olvida. Solo se les hace caso a 2 o 3. En ese sentido, también quería hacerles un pequeño homenaje, además de las mujeres, que son las guerreras en toda regla, sobre todo las de las de este país. También quise darle mucha importancia a las pioneras, las que abrieron camino para que otras viniéramos. “Felinas”, en definitiva, es mi granito de arena para el cambio social, que va más allá de la música, que entra dentro incluso del plano educacional.

P: ¿Qué explicación le das tú a esa reacción retrógrada o anticuada de que ahora se le está dando solo visibilidad a las mujeres y se está privando de derechos o de más libertad a los hombres por el hecho de ser hombres?

R: Me llama la atención. Obviamente, para alguien que siempre ha tenido en su normalidad sus privilegios y ves que, de repente, cambia el sistema, y su aparente comodidad con él. Pero lo que a mí me preocupa es ver esta conducta en mujeres, porque para que se dé el cambio es necesario hacerlo de una manera. Es complejo, porque hay que desaprender principios o cosas que tenemos muy arraigados, y que concebimos como algo que está bien. Las chicas deberíamos también escuchar un poco más a las artistas femeninas. De hecho, el otro día estuve escuchando una playlist, y casi todas las canciones que me he puesto en bucle eran de mujeres. Es curioso, porque cuando empecé en este mundo, la mayoría de mis referentes eran chicos. Ahí es donde creo que reside el cambio, en abrir el espectro personal. Luego, los comentarios de que ahora se les hace más caso, o se les dan más oportunidades a las mujeres, están muy lejos de la realidad, ojalá fuera así. Siempre se nos mira mucho más con lupa. En el escenario no miran solo como tocas, sino si estás gorda, si eres fea, si tienes pelos en las piernas, si llevas la falda muy corta… y eso no creo que haya cambiado demasiado.

P:  Volvamos a la figura de Nat Simons haciendo una breve retrospección en tu trayectoria. Me llamó la atención. Tu gran referente, como mencionabas antes, es Bob Dylan. ¿Qué es lo que lo que más te influenció de él?

R: En un principio, cuando empecé a componer, prácticamente absorbí todo de él, tanto en lo musical como en la carga social que encerraban sus canciones, que me impactó mucho, también por cómo la contaba. Iba mucho más allá de la música, y me llamó la atención que no plantease la música solo como un entretenimiento, sino que fuese poesía, que tuviera un mensaje social. Sus letras y su carácter transgresor hacían pensar a la sociedad. Ese punto punk es el motivo por el que yo creo que es el padre del rock, el precedente de todas las estrellas rockeras posteriores. Bob Dylan no tenía pelos en la lengua, y en algunas entrevistas hasta te podía llegar a caer muy mal, pero desde el principio me impactó mucho, me hizo interesarme mucho más por la música. También me impulsó a trabajar letras profundas, que fuesen más allá de la superficie. Por estos motivos, aunque el estilo que hago ahora no es tan próximo al suyo, la esencia de Bob Dylan siempre va a estar en mí, como si fuera mi padre musical.

P: Tengo entendido que estuviste en Londres durante un año, y tienes muchas canciones escritas en inglés. Como artista, en cuanto a la composición. ¿Qué idioma te permite más flexibilidad creativa a la hora de componer, el inglés o el español?

R: Hay mucha diferencia. Te diré que, teniendo un base, escribir en inglés es más fácil. ¿Por qué? Por la métrica mismamente, que es mucho más corta, la sonoridad…Es más fácil decir más cosas en menos tiempo, en una frase caben más elementos que en español. Para mí, cuando empecé a componer en español, en un principio me costó mucho porque tienes que cambiar la mentalidad. Hay que pensar que no se puede hacer de la misma manera, por lo que tuve que comenzar a leer a mucho y empaparme de buenos autores. Siempre le doy una gran importancia a las letras, entonces no me lo tomaba a la ligera. Quería que todo encajara, y cuidaba bastante el tema de la acentuación. En ese sentido, sí que lo veo como una labor mucho más artesanal. Entonces, sí que me fue más complejo, pero creo que escribo bastante mejor en español porque es mi idioma natal. Además, te ofrece más posibilidades que el inglés porque es más rico formalmente, y te abre más puertas a nivel poético. Por eso, creo que cada vez me siento más a gusto escribiendo en castellano. También quería romper con esa barrera, porque ya no vivo en Londres, no vivo fuera, y me cuesta mucho más. Al final el inglés se me va perdiendo, el vocabulario se va limitando. Lo que te puedo decir es que resulta más enriquecedor escribir en el idioma en que mejor te expreses.

P: En cuanto al proceso de composición, tema crucial para un artista, ¿después de tantos años de trayectoria, es difícil no recaer en las mismas ideas y los mismos temas, los propios del imaginario de cada creador?

R: Obviamente, sí. Cada uno tenemos nuestro imaginario propio. Yo siempre me he inspirado en las road movies, en su espíritu de la carretera. Soy una persona que me gusta mucho el cambio, y me gusta crear, no solo hablar desde el punto de vista personal. Por eso, a veces también planteo los temas en tercera persona, como contando una historia, porque siempre, desde pequeña, me gustaba escribir historietas, mini novelas. Por ejemplo, el personaje de Felina es un personaje ficticio que he creado y en el que cuento una historia que también es ficticia y que no soy yo. Ese recurso me permite ir más allá, sobre todo en esos momentos en que no tienes una historia personal interesante o que te apetezca contar. La ficción te da un universo inagotable, ya que te puedes inspirar en el cine, en los libros o en el arte para crear tus historias. Luego, en la parte musical, a veces me gusta componer con otras personas. Es un ejercicio brutal. Con Ánchel Solana trabajamos muchas veces en la composición; él con la guitarra hace un rif que a mí me inspira y yo, a través de ese riff, compongo una melodía, por ejemplo. También abre mucho la mente para componer el recurrir a otro instrumento que no sea la guitarra, como un piano, y tener en cuenta lo que me gusta como oyente. Valoro mucho a los artistas que ofrecen cosas nuevas, que no se estancan. Creo que a mí me pasa también eso, que me mola ofrecer en cada disco algo diferente.

P: Este concierto en Coruña forma parte de tu gira de presentación del disco “Felinas”. Para trasladar al público toda esta filosofía creativa que has explicado antes, ¿crees que es sustancial la puesta en escena, la estética que se lleva a los escenarios en el directo?

R: Creo que cada uno lo plantea a su manera, es muy respetable. En mi caso, creo que debe estar muy unido lo escénico con lo que musicalmente quieres transmitir, porque si solo es para escuchar tu música, la gente puede ponerse tu disco en su casa. Al concierto vienen también a ver un espectáculo. Me fijo mucho en artistas como David Bowie, en sus conciertos era todo coherente, lo que está contando a nivel musical con el elemento visual. En los conciertos, aprovecho mi faceta previa relacionada con el teatro, con el mundo audiovisual, porque también he hecho cortos. En Felinas, ha sido todo un reto insistir más en lo teatral, soltarme, no tener la guitarra en las manos y tener que interactuar más. Creo que esto me ha dado más seguridad en el escenario y también se ha ganado en calidad a nivel de show. Me alucina verme pasar de tener en las manos una acústica todo el rato, más parada, a moverme por el escenario enfundada en un mono haciendo otra cosa. Por eso te decía que todo debe estar muy unido. Este es un disco conceptual, por eso tienes que transformarte un poco en ese personaje, y también tratar de hacer el proyecto más trans-media. Que no sea sólo la música lo importante, sino tener en cuenta también el vídeo y lo que se hace en el escenario. Eso me encanta, y me gustaría seguir haciéndolo con otros personajes.

P: Hablas de pasión, de una actividad que amas. ¿Cómo ha sido el paso de profesionalizar algo que te encanta, de convertirlo en tu trabajo? ¿Cómo se pasa de hacer algo apasionante a tener que sacarle rentabilidad, de ganarle dinero para comer?

R: Ese momento lo cambia todo. La cosa se profesionaliza justamente cuando pasa lo que has dicho, cuando lo que estás haciendo es lo que está llenando tu nevera y no tienes otro trabajo que te esté dando estabilidad. Lo que antes era un hobby de repente es lo que trae dinero a casa, entonces es cuando las cosas se ponen serias. Entonces hay que tener claro que, aparte de tu pasión, va a ser tu medio de vida. Porque hay gente que se aprovecha de esto, de que es algo que te gusta hacer para decirte, oye, puedes tocar gratis, como te gusta tocar, ¿no? Hay que saber distinguir porque, en ese momento, ya no solo eres músico o cantante, ya eres también empresaria. Tienes que empezar a tomar decisiones en relación con la gente con la que contratas, porque esto es un negocio. Hay que saber distinguir esto de lo que es la amistad, o de algo que pasa mucho en la música, que parece una cosa muy de lo emocional. Si eres profesional, tienes que tenerlo claro. A veces, vale la pena que te cueste algo de dinero, a que se quede en algo cutre o poco profesional, por ejemplo, en el tema de los desplazamientos. Tienes que empezar a pensar ya no solo como la chica que se subía al escenario simplemente por pasión, sino que ahora te estás jugando puestos de trabajo, gente que ya está ganando dinero con el proyecto. Tienes un equipo de gente que está trabajando contigo, y hay que cambiar la mentalidad. En ese sentido, he aprendido muchísimo. Yo tengo mi carrera universitaria, estudié Publicidad y Relaciones Públicas, y luego tengo mi carrera musical, que la he hecho, digamos, en la carretera, dándome de bruces, porque aquí nadie te enseña. Ha habido cosas que han salido bien, otras que han salido mal, pero de todo se aprende. En el momento que dejé mi anterior trabajo para dedicarme cien por cien a la música cambió todo, claro. Es otro rollo.

P: Ya para terminar, una última pregunta. Ahora estás inmersa en la presentación de tu último álbum con esta gira, pero la cabeza es como una locomotora de ideas que no para de funcionar. ¿Qué nuevos proyectos tienes ya en mente?

R: En paralelo con esta gira de presentación de Felinas y mi disco de colaboraciones, ya estoy planificando el viaje para irme fuera, hablando con un productor de Estados Unidos para grabar el siguiente disco este año. Me meteré en el estudio a grabar mientras sigo con la gira de Felinas. En otoño, sacaremos como disco el concierto que hicimos en la sala del WiZink Center con los artistas invitados, que sería mi primer disco en directo. El remate de gira de Felinas será a principios de 2025, haremos algunas ciudades que no hemos hecho con banda y acabaremos en Madrid y Barcelona. La etapa de Felinas acabará a principios del año que viene, así que hay que aprovechar ahora para disfrutar de este concepto, de los directos y de las colaboraciones, antes de pasar al disco siguiente.

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