Hablamos con Sara Sístole, cantautora gallega que enaltece la profundidad emocional de su música con letras trascendentes y un timbre de voz especial
El acto de conmover descubre las verdades más recónditas que escondemos del mundo. El ser humano simboliza un mar de secretos, dudas, preocupaciones y emociones que se amparan en el silencio para sobrevivir a una realidad hostil. Pero hay momentos, tan esporádicos como bellos, en los que estos matices de nuestra personalidad despiertan y se crecen como girasoles al sol. Estos momentos se gestan en la matriz de la música, conquistadora de todos los corazones, incluso de los más distantes. Desde Cool Coruña, hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Sara Sístole, cantautora gallega que logra alcanzar la fibra sensible a través del cariz poético de sus letras y la intimidad de su voz.
P: Para empezar la entrevista, nuestra pregunta clásica. ¿Quién es Sara Sístole?
R: Pues es muy difícil de responder, muy complicado hablar de uno mismo. Sara Sístole soy yo, y diría que soy una chica gallega que compone canciones para tocar esa fibra sensible que habita en todos nosotros, esa vulnerabilidad que en muchos casos es una verdadera fortaleza, y que conectarnos con ella nos hace mejores. La música que yo quiero hacer pretendo que llegue a esa sensibilidad.
P: “De viento y sol” es un EP profundamente catártico y desgarrador, de una considerable intensidad emocional, y concentra diversas influencias musicales. ¿Cómo fue el camino compositivo hasta el resultado final?
R: A través de la pandemia, en la música surgió una necesidad de encuentro colectivo, de meter momentos de coro y que no sea solo pura individualidad, sino que en las canciones hubiese momentos de compartir. Esto estaba presente de alguna manera en mi primer disco, aunque era mucho más íntimo, entonces quise explorar esa faceta de la música. Siempre he escuchado mucha música, y creo que he acabado dedicándome a esto porque en los coches de mi infancia se escuchaban muchos discos. Además, mi padre no es gallego, por eso incluyo un estilo como el flamenco, que quizá no es tan habitual. Por otro lado, quería celebrar que me encuentro en un momento feliz, y busqué incluir ese sentimiento de alegría con estos elementos rítmicos y el canto compartido.
P: Hay una evolución en la producción y en arreglos con respecto a tu álbum “Peces Rojos” de 2022, más minimalista que tu último EP. ¿Fue un cambio deliberado y, si es así, por qué decidiste darle ese enfoque, y cómo conseguiste preservar esa intimidad que caracteriza a tu estilo?
R: La intimidad habita en la voz, y cómo la voz siempre va a ser la que es, me alivia saberlo porque me preocupa mucho perder la esencia e intento cuidarla siempre, aunque sean producciones más elaboradas. Es verdad que, por una parte, me apetecía hacer algo más grande y, por otra, es la primera vez que trabajo con otros autores, incluso en la parte de la composición, que solía ser algo más privado, y con mezcladores y artistas. Me he dejado influir por eso, y por Gonzalo Hermida, que es el productor de todos los temas, y que me ha acompañado en todo este camino.
P: Como cantautora, a la hora de hacer que una canción ensalce la esencia del artista y llegue a conmover. ¿Qué elemento cumple un papel más relevante, la letra o la armonía?
R: Esta pregunta es muy interesante, y ha dado mucho juego en debates con diferentes artistas. Yo vengo de la poesía, empecé a escribir porque mi hermano organizaba en A Coruña recitales de poesía con música, y luego me atrevía a cantar, así que para mí es fundamental la letra. Lo venía pensando de camino a casa, y creo que hay canciones que, aunque no tengan una melodía tan rica, si la letra me atraviesa, me atraviesa la canción y volveré a ella por lo que dice, en el tipo de música que hago y que busco, que es tocar esos lugares de la sensibilidad. La melodía suma, pero en mi caso me pesa mucho la letra.
P: ¿Y la voz? Porque en tu caso, tienes un tono de voz muy personal, expresivo y cálido, no es un timbre al uso.
R: Este tema nos daría para tres horas (risas), porque es lo mejor y lo peor que tengo. ¿Por qué lo peor? Porque he salido muchas veces impactada de clases de canto en las que hay gente que cuestiona el tono de voz, y para mí la personalidad de la voz es muy importante. Me acuerdo de discutir con un profe de canto sobre esto, y ponerle el ejemplo de Concha Buika. Está claro que tengo un pequeño pólipo, que es algo normal en las personas con voces particulares. En mi caso, la historia de mi voz es la historia de mi vida, y no querría perder nunca esa personalidad, ese algo de mí voz para parecerme a voces más técnicas. Con esto no quiero hacer apología de no estudiar, porque es importante aprender y formarse, pero me siento muy afortunada de tener una voz fuera de lo común.
P: ¿Qué posición ocupa la música de autor en una industria cada vez más saturada de vacuidad y productos de rápido consumo?
R: Siempre ha habido modas. Se nos olvida que también las había de cosas menos trabajadas en la generación de nuestros padres, e incluso cuando la tecnología no estaba tan arraigada. Considero que las buenas canciones sobreviven. Al final, lo que rescatamos de cada generación son las grandes canciones. Por ejemplo, Alfonsina y el Mar se sigue versionando hoy en día porque es una de las canciones más bellas del mundo. Las canciones dejan huella, más allá de sí consiguen o no triunfar en su época contemporánea. Como amo tanto la música, y cuido cada detalle, no podría dejarme influir tanto por lo que se consume.
P: Para terminar, háblanos sobre tus proyectos futuros:
R: Ahora mismo, además de estar metida en la gira, estoy empezando a pensar en mi próximo disco, y he compuesto muchísimas canciones durante todo este tiempo. Estamos empezando a escucharlas para ver que hay en común, y la verdad que tengo ganas de volver a un espacio más “desnudo”, y esto es lo que te puedo decir. Primero la gira, y después permitirme una pausa para reflexionar sobre lo próximo que quiero contar.