
Lucía Gómez, de Daffodils Books
Nunca olvidaré aquel verano, en el que inocentemente abrí la novela de García Márquez y,
como el coronel Aureliano Buendía, muchos años después, había de recordar aquella remota tarde en que su padre lo llevó a conocer el hielo, también yo recordaría ese día, anhelando volver a ese mismo instante. Pues, años más tarde, cuando recuperé Cien años de soledad, no leí la historia de los Buendía de la misma forma que la primera, esto es lo bueno (o lo malo) de las relecturas, las cuales consiguen trasladarnos de nuevo a la ficción y permiten aproximarnos mejor a la obra. Pero nunca será igual, no me malinterpretéis, soy una fanática de las relecturas, siempre aportan algo nuevo, aunque lo mejor, en mi opinión, es la sensación que te produce volver a esa historia que un día logró conquistarte. Esta es la magia de la lectura, todo lo que leemos nos marca de alguna manera, cambiando y completando nuestra visión del mundo.
Entonces, cuando escuché que la conocida plataforma, Netflix, iba a lanzar una serie sobre la novela de García Márquez me mostré suspicaz, ningún lector quiere que le “arruinen” su novela favorita, sin embargo, decidí darle una oportunidad. Después de terminar la primera parte, que narra los 50 primeros años de los Buendía, puedo decir que mis dudas se resolvieron. La serie representa el pueblo de Macondo en su esencia más pura, recupera la hipérbole que Claudio Guillén señala como el instrumento que libera toda limitación entre el cuento y la novela, uno de los elementos significativos y más originales de la obra. Pues la hipérbole está en todas partes: en el transcurso del tiempo, en las personas y en los objetos, es decir, lo envuelve todo. Por otro lado, la voz en off, que aparece en ocasiones para narrar, recupera el texto escrito de García Márquez, lo que, desde mi punto de vista, ha sido todo un acierto porque apoya la construcción horizontal de la novela. En ella, los capítulos se complementan unos a otros, el siguiente es un añadido del anterior, de esta forma se articula la serie, cada visionado de una hora aproximadamente completa al anterior, proporcionando más datos sobre la historia de los personajes para que el espectador reconstruya los hechos por sí mismo.
Es bien sabido que Gabriel García Márquez nunca quiso que su novela se adaptara al cine, sino que han sido sus hijos quienes lo han conseguido a través de la plataforma de streaming Netflix. La serie nos transporta al universo de Macondo, con la narración de las siete generaciones de la familia Buendía, que comienza con la unión de Úrsula Iguarán y José Arcadio Buendía, quienes tenían un antepasado común, y continúa, en una segunda parte (aunque tendremos que esperar un poco para poder verla), hasta el fin de la estirpe con la temida cola de cerdo.
Así que nunca es tarde para darle una oportunidad a la novela, de hecho, se de alguien que volverá a releer Cien años de soledad, pero si quieres ver algo diferente, desde el 11 de diciembre tienes disponible en Netflix la serie, que también es una buena forma de acercarse a los textos, especialmente si las adaptaciones lo merecen.