Hablamos con Sabela, cantante gallega que aborda las aristas de la sensibilidad personal y los detalles cotidianos desde la atmósfera simbiótica del pop ambiental y la electrónica

Del mestizaje estilístico que aflora en los diferentes estadios que experimenta la música nacen propuestas tan variopintas como auténticas, interesantes, especiales. La imposición de límites a la libertad de creación consensuados por fuentes externas a la propia creación vetan cualquier atisbo de novedad, un bien preciado que se marchita en la contemplativa predisposición de la industria hacia un deterioro puramente comercial. La particularidad que enaltece a la música a la cima de la sublimación humana responde a su plasticidad, a su habilidad para sobreponerse y adaptarse a las circunstancias socioculturales que gobiernen las generaciones. Desde Cool Coruña, hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Sabela, cantante y compositora gallega que ilustra las aristas de la sensibilidad y la belleza de lo cotidiano dentro de la atmósfera simbiótica del pop ambiental y la electrónica.
P: ¿Quién es Sabela? ¿Cómo te definirías?
R: Como artista, me definiria como una artista curiosa, siempre estoy buscando nuevas cosas, con todo tipo de artes.
P: ¿Y cómo definirías esa curiosidad?
R: Esa curiosidad es una forma de estar en el mundo, no dejar que se me apague el querer hacer música, aprender, mezclar cosas… Al final el arte o la música no dejan de ser la manera en las que veo el mundo y cómo lo transmito. Es una actitud frente al mundo.
P: Desde la publicación de tu primer álbum “Despedida” hasta tus últimos dos singles “Hi, My Love” y “Eu Espero Aquí”, muestras una evidente evolución estilística que culmina en un intenso acercamiento a un pop ambiental-electrónico mucho más agresivo. ¿Cuál es el móvil principal de esta paulatina transición?
R: En realidad, el gusto por la electrónica siempre lo he tenido en mí, al igual que el gusto por muchísimos otros estilos, pero al final todo tiene su momento y vas explorando estilísticamente en qué punto te encuentras. Una cosa es lo que te gusta, otra es lo que puedes hacer, otra es sí queda bien o no al hacerlo…Para mí fue una transición natural, aunque entiendo que desde fuera se pudiese ver como un cambio brusco, pero sí que es cierto que quería probar. Al final, sales de OT, tienes que hacer un disco super rápido, sin tiempo para analizar lo que te gusta, lo que queda bien o no, lo que te emociona al cantar… También ese recorrido me permitió buscar a la gente con la que quería trabajar, de forma calmada y sin prisa.
P: ¿Cuál es la clave para construir esa atmósfera pretendida en el género que cultivas, y cómo lo vinculas con la potencia emotiva de tus canciones?
R: Consigo vincularlo porque, a lo largo de estos años, he adquirido herramientas de producción, y ahora mismo produzco mi propia música. La música electrónica está más ligada al beat que la música pop. Entonces, a raíz que produzco yo mis canciones, es ahí donde me encuentro porque voy componiendo paralelamente, por lo que me es más fácil construir un hilo conductor o narrativo, porque tengo más herramientas para lograrlo.
P: En “Hi, My Love” introduces un componente rítmico que transporta a una sonoridad familiar a la música tradicional, a la raíz gallega. En ambos singles utilizas definitivamente el gallego como idioma vehicular. ¿Tu proceso de construcción identitaria como artista está experimentando una sinergia con tus raíces?
R: Nunca las he dejado, lo que pasa es que compongo en los dos idiomas desde siempre. Siempre he bebido de las raíces gallegas por mi contexto, y nunca las he abandonado. Lo que pasa es que, a la hora de crear el concepto de un disco, no puedes incluir miles de elementos distintos, porque se enfrentarían unos con otros, es una cuestión de toma de decisiones. En el anterior disco “Ceniza”, la carga principal radicaba en lo emocional, y en este caso la recuperación de ciertos ritmos del folklore cobra un peso sustancial.
P: Desde el punto en el que te encuentras en tu trayectoria. ¿Qué es lo primero que le aconsejarías o le advertirías sobre la industria musical a la Sabela que empezaba a caminar en este mundo?
R: A la Sabela de hace muchísimos años, le diría que no pierda lo más importante, que es la ilusión por hacer música. A la Sabela de OT, le diría que respetase sus tiempos. La industria lleva un ritmo, la gente que te rodea tiene otro, tú sigues otro… Pienso que lo más importante es no despistarse del ritmo personal de cada uno.
P: Para terminar, está en camino un nuevo EP. Háblanos un poco sobre él.
R: Este EP se ubica entre el pop ambiental en el que me encuentro cómoda y con el que me identifico, y una parte electrónica. Además, conceptualmente, este proyecto lo empecé a diseñar en mi cabeza. Tanto emociones pequeñas como momentos puntuales de la rutina del campo engendraban una belleza con una estética muy fuerte, y quería ponerlo en valor. Por eso en Hi, My Love salgo con mi burro Pancho (risas). Todo lo que rodea la vida del rural tiene un valor incalculable, ya no solo a nivel sociocultural, sino a nivel estético. Cuando la gente lo escuche lo verán con un lenguaje actual, pero el concepto es el de siempre. Lo fundamental es poner en foco en determinados detalles de la vida, y crear a partir de ahí.