Entrevistamos a Dani Flaco, consolidado cantautor español que aboga por la pasión y el esfuerzo como génesis de cualquier trayectoria musical

Los días interminables en la carretera, las noches que no siempre salen como uno espera, la entrega del alma al público desde el escenario, sintiendo cada verso cantado al son de las cuerdas de la guitarra. La rutina del cantautor es de todo menos rutinaria, pero la vigencia de su sensibilidad es la que sustenta un estilo de vida atrevido, digno de los valientes que se suman a la catarsis de la belleza artística. Desde Cool Coruña, hemos tenido el placer de entrevistar a Dani Flaco, cantautor natural de Bellvitge que reitera su compromiso con la pasión como elemento indispensable para canalizar las exigencias mediáticas del mercado y vivir de la música.
P: Como presentación de la entrevista, ¿quién es Dani Flaco?
R: Bueno, Dani Flaco es un tipo de Bellvitge que desde la preadolescencia se interesó mucho por la música. Empecé a estudiar solfeo, también me llamó la atención la guitarra, y a los 13 años escribí mi primera canción. Progresivamente, con el paso del tiempo fui tocando con distintas bandas mientras componía mis propias canciones, y en el 2001 edité mi primera maqueta. Dos años después hice la segunda, y fui moviendo lo que tenía hasta que me fichó una discográfica independiente de Barcelona. Con ellos saqué cuatro discos, y luego me volví más “indie” que los “indies” (risas) porque me autoeditaba y demás. Ahora mismo mi oficina de management es Cuatro Gatos, la misma que la de Los Secretos, y hace poco firmé con la discográfica Blanco y Negro, y la verdad que estoy encantado de la vida.
P: Este año has publicado Evanistas y La del Gran Verano, dos singles que nos sirven de adelanto de lo que será tu próximo álbum “París 21”. ¿Qué versión de Dani Flaco vamos a ver en este nuevo proyecto?
R: Un poco más animado, diría yo. Históricamente, mis canciones y las de la mayoría de la humanidad suelen ser de desamor, y en este disco hay más de amor. Estos proyectos a veces responden a momentos vitales, pero no tiene porqué. Yo estoy enamorado, pero puedo escribir sobre desamor, al igual que un guionista escribe un thriller y no anda por ahí matando a nadie (risas). Entonces, musicalmente también es más alegre, más rockero porque, aunque el disco “Alalimón” también es un disco rockero, últimamente estoy haciendo temas más acústicos. “París 21” tiene más felicidad que los anteriores. No sé si va a defraudar a la gente que me sigue, porque les gusta mucho “cortarse las venas” (risas), pero la verdad que estoy muy contento con el resultado. Además, cuenta con un dueto con Coti que, de hecho, saldrá a la luz en octubre.
P: “Alalimón” es un álbum que cuenta con colaboraciones estelares de la escena musical nacional, como Manolo García, Carlos Tarque, Andrés Suárez, Santi Balmes… ¿Cómo se fraguó un proyecto tan ambicioso como este?
R: Pues fue una idea que salió de la típica “masturbación craneal” que diríamos, ¿no? (risas). A los pocos días, en la Sala Galileo, en un concierto me encontré a Ricardo Rui Pérez, de M-Clan. Me preguntó en qué andaba metido y demás, y le expliqué que estaba empezando un proyecto de duetos. Me dijo que contara con ellos, y pensé que no había mejor manera de empezar el disco (risas). A diferencia de otros proyectos de duetos, que normalmente suelen ser acuerdos discográficos, yo hice todo, llamando por teléfono a quiénes sabía que me podían decir que sí, aún sabiendo que me podían decir que no por las circunstancias. Por ejemplo, Andrés Suárez es amigo mío; sabía que Manolo García sentía mucho respeto por mi música, y así con todos. De hecho, hay gente que me dijeron que sí, pero por motivos de calendario y con la discográfica, pues no pudo ser. La verdad que la grabación de “Alalimón” hizo que cada día de ir al estudio fuese como el día de Reyes, un auténtico regalo.
P: Desde tu experiencia. ¿Cuál es la clave para consolidar una carrera en el mercado musical? ¿En los momentos de dubitación sobre profesionalizar la música, cuál es el motor para dar el paso y convertirla en tu trabajo?
R: Para empezar, la pasión es fundamental. Te tiene que apasionar el hacer canciones, no conseguir repercusión o fama. Lo primero es intentar conseguir la mejor canción, con la mejor letra y melodía, grabarla lo mejor que se pueda según te lo permita tu economía, y salir a tocar con los mejores músicos posibles. Pero, sobre todo, es muy importante ser trabajador y constante. También es importante saber gestionar tu ego, porque no en todos los conciertos va muchísima gente. Tengo la suerte que, desde hace unos años, hay que pagar una entrada para verme, y entonces van las personas que me quieren ver, que se saben mis canciones y que las cantan conmigo. Hay conciertos más flojos de público, pero hay que ser igual de feliz y tomárselo con deportividad, e incluso hacer un mejor directo, para que esas 50 o 60 personas que han venido se vayan encantados y se lo recomienden a sus colegas. En definitiva, lo importante es hacer las cosas bien, con pasión de verdad, no la impostada. En algunos programas de música veo a artistas comentando que su sueño siempre ha sido cantar, estar en el escenario… Yo creo que esto de la música no empieza por ahí, sino por el deseo de querer crear, de hacer algo artístico, y esa es la masa madre para construir una trayectoria. Lo demás son circunstancias.
P: Para terminar, una pregunta recurrente que hacemos a los músicos que entrevistamos. ¿La carretera se vuelve el peor enemigo o la mejor compañera para un músico a lo largo de su carrera?
R: La carretera no deja de ser una circunstancia que tienes que asumir. Depende del momento en el que estés, pues se hace más pesado o lo sobrellevas mejor. Para mí, por una parte, sí se me hace duro porque echo de menos a mi familia, porque paso mucho tiempo fuera, y por otra parte aprovecho para hacer algo para cultivarme o para amenizar el viaje. Si es un trayecto en tren desde Barcelona hasta Alicante, pues intento leer un libro o ver un documental. A pesar de todo, aún me sigue divirtiendo, me sigue gustando el hecho de viajar tanto, aunque de joven era mucho más emocionante. Mi trabajo es muy gustoso. Al final, voy a dónde voy para tocar mis canciones y disfruto por ello, pero no es un trabajo perfecto. Estoy fuera de mi casa, donde están mi mujer y mi hijo, y me gustaría pasar más tiempo con ellos, por supuesto.