Iago Campa: «Casi todo el mundo que escribe tiene que ser honesto consigo mismo»

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Hablamos con Iago Campa, escritor de prosa poética y dueño de La Disfrutona de Orzán, sobre los matices de la creación literaria y el panorama actual de las salas de concierto

Foto: Iago Campa (cedida)

La escritura es un espejo de palabras con un significado que trasciende de lo aparente, un refugio en el que nos resguardamos ante las inclemencias de la vida y nos permitimos un instante atemporal para conocernos más a fondo. Cuando se habla de lo saludable que resulta soltar el amarre de los sentimientos en un papel, es precisamente por su condición balsámica. Además, escribir nos ayuda a empatizar de manera indirecta con el prójimo, con el lector que hay detrás de la portada de un libro que busca un atisbo de comprensión en sus páginas. Desde Cool Coruña, hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Iago Campa, escritor de prosa poética y dueño de la sala de conciertos local La Disfrutona de Orzán, sobre los matices de la creación literaria y la situación actual de las salas de concierto en la ciudad.

P: ¿Quién es Iago Campa?

R: Iago Campa es un escritor de prosa poética y de novela romántica-juvenil, pero luego está la parte de Iago de la Campa, que es el hostelero, que antes tuvo El Patio, y que ahora lleva La Disfrutona.

P: “No estoy bien” tiene un trasfondo interesante, porque es un diagnóstico personal, un manifiesto con el que soltamos todo el dolor que guardamos dentro. ¿Es complicado darle un verso a esas palabras que ocultamos y que, de primeras, no conseguimos expresar?

R: Casi todo el mundo que escribe tiene que ser honesto consigo mismo. Al final, escribiendo encuentras muchas cosas que te salen solas, que en ese momento quizá no sabes qué significan, pero que luego acabas dándole ese significado. Además, en este mundo en el que no nos permitimos el estar mal porque siempre hay mil cosas que hacer, o eres feliz o estás muy ocupado para permitirte no estar bien y seguir con la rueda de tirar hacia adelante. El libro nace del deseo de querer estar mejor, de darse cuenta de los errores, de identificar lo que uno siente que le falta en esta vida, y reconocer que hay que dejar de esperar cosas que no van a llegar nunca.

P: Escribir es un ejercicio para equilibrar esas descompensaciones, y para encontrar ese sentido vital también.

R: Sí, a mí siempre me pasó. Yo escribo cuando estoy más tranquilo, cuando estoy más triste o enfadado no suelo escribir, porque prefiero hacerlo desde la tranquilidad, para lo bueno y lo malo. Escribir es conocerse a uno mismo, te sirve para ver las cosas que no encajan dentro de uno mismo.

P: Me llama la atención que prefieras escribir cuando estás tranquilo, normalmente la gente suele escribir en el éxtasis del sentimiento.

R: Siempre he considerado que describo emociones, y para hacerlo bien debo escribir desde la tranquilidad. Tengo hecho textos tristes también, pero los que más me gustan son los que hago cuando estoy tranquilo, porque sé que he dicho lo que quería decir.

P: ¿Cómo es llevar un proyecto de poesía en la actualidad?

R: La cosa es que ahora hay veinte mil millones de proyectos similares. Yo fui de los primeros que empezó con el género de prosa poética en redes sociales, y también de los primeros que empezó a publicar, allá por 2016. Ahí hubo una etapa muy buena, antes de la pandemia, en la que la gente compraba los libros y asistía a los recitales. Yo tengo una sala de ochenta personas, y casi nunca hay ochenta personas, mientras que nosotros metíamos 120-140 personas con un cantautor y dos escritores que éramos mis amigos Mario Carrión, Jorge y yo. En esa época la gente quería ir, le molaba el hecho de leer, pero después las modas cambiaron. Se empezaron a consumir mucho más durante la pandemia otros formatos como los vídeos cortos, shorts, Tiktok… Pero la cultura y tranquilidad para leer se fue perdiendo un poco, las modas van cambiando y no es algo nuevo.

P: ¿Nunca te has planteado un proyecto más multiformato?

R: Tengo algún audio-vídeo, vídeos recitando que me gustan… pero nunca me pongo. Además, no me veo haciendo vídeos personificados como los que se hacen ahora, pero si me vería haciendo canciones para otros, eso sí que es un proyecto que tengo en la cabeza y que me molaría hacer. Empecé haciendo canciones como cantautor, pero no tengo voz y tampoco toco muy bien la guitarra (risas), por lo que me gustaría volver a eso y trabajar con gente a la que admiro mucho.

P: Retomando el lado del Iago hostelero, del Iago que lleva la Disfrutona de Orzán, ¿qué balance haces?

R: Cansado, cansado de pelear en la noche, con el público, con los músicos… Me encanta hacer conciertos y me encantan que la gente se lo pase bien, sobre todo cuando viene gente de fuera como Rafa Pons, Dani Flaco o Merino, porque La Disfrutona es un espacio necesario porque hay pocas salas de conciertos en la ciudad, y también que suene bien, con material de calidad para que la gente los pueda disfrutar más. No obstante, lo pienso todos los días, mi familia y yo. ¿Merece la pena?

P: ¿Te lo esperabas así cuando empezaste?

R: Me lo esperaba diferente, me esperaba que fuera más pub. Ahora hacemos menos pub, solo después de los conciertos, porque la noche quema muchísimo. Hay muchas personas que piensan que nosotros, quiénes llevamos las salas de conciertos de la ciudad, no somos salas privadas, que recibimos dinero del Ayuntamiento y a tomar por culo, cuando no es así. A la gente se la suda si viene gente a los conciertos o no, si se pide consumición o no, y para nosotros es muy importante. En cuánto a los artistas, hay quiénes se implican más en que venga gente a su concierto, lo cuál les viene bien a ellos por el hecho de que te vayan a ver más personas, y a nosotros por la barra. Sin embargo, también hay artistas que pagan el alquiler de la sala, que no nos cubre nada por los gastos de personal, y se despreocupan por completo. No suben la fecha del concierto a redes sociales, no lo promocionan, y joder, aquí estamos dos o tres personas currando para 15 personas. A veces hay pinchazos y es normal, pero la crítica está dirigida al hecho de que mucha gente no mueve sus conciertos. Nosotros lo promocionamos todas las semanas y ellos nunca, y eso desgasta un montón.

P: Para terminar, antes te preguntaba qué esperabas del proyecto, y ahora te pregunto sobre lo que esperas para el futuro.

R: Antes esperaba más implicación de alguna gente que ha pasado por aquí, ahora espero tranquilidad. Espero que en algún momento la gente empiece a educarse un poco en el tema de pedirse algo en la barra. No digo que la gente se pida 5 cervezas, pero al menos un agua sí, porque si no las salas nos veremos obligadas a poner consumición obligatoria en las entradas, y eso también va a perjudicar a la parte que se lleven los grupos de la recaudación. También espero que a la gente no le duela pagar una entrada, que tenga curiosidad y que se atreva a venir, sea a esta sala o a cualquiera de la ciudad. La música mola, la música es cultura.

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