Belém Tajes: «Mi vida está muy marcada por el mar»

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Hablamos con Belém Tajes, cantautora de raíces argentinas que encuentra en la cosmología del mar la cuna de inspiración más sincera

Foto: Beatriz Sánchez Madruga

Si aún existen maravillas naturales que sobreviven a la irreversible sobreexplotación del planeta, una de las más destacadas es el mar. La bravura indómita que manifiesta en la plenitud de la tormenta contrasta con la mesura de su movimiento cuando el tiempo amaina, una evidente dicotomía que convierte al mar en símbolo de fuerza y paz interior. No obstante, las connotaciones que han surgido en el plano artístico a partir del universo marítimo demuestran su polisemia creativa, y la erigen como una fuente de evocación exenta de artificios. Desde Cool Coruña, hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Belém Tajes, cantautora nacida en Buenos Aires que se postula como predicadora musical de la apasionante y enigmática esencia del mar.

P: Para empezar. ¿Quién es Belém Tajes?

R: Belém Tajes es una música, cantante, una persona muy curiosa y creativa que le gusta pasar desapercibida, pero que su trabajo no le deja. Me considero muy fan de los procesos creativos, y me dedico a dar clases y hacer música. Tengo un trabajo que la verdad que me gusta muchísimo, que me define muchísimo, y me siento muy afortunada por ello.

P: EL pasado 22 de noviembre publicaste tu primer álbum en solitario “AMAR O MAR”, una odisea conceptual en el que exploras los cauces de la música tradicional, la electrónica, ritmos latinos, o pop new wave, siempre con la estela de la temática del mar presente en la narrativa de casi cada canción. ¿Qué motivó la elección del mar como ambientación para este trabajo discográfico?

R: Mi vida está muy marcada por el mar. Yo nací en Buenos Aires y luego me vine para aquí; mis abuelos también eran emigrantes y el mar representaba una frontera, incluso yo sentía el mar como la frontera con respecto a mi familia de España. Por otra parte, mi familia es marinera. Mi padre es marinero, mis abuelas se dedicaban a tareas vinculadas con el mar, y es algo que está muy presente en mi vida. No lo recuerdo toda la vida porque, al vivir en Buenos Aires, cuando me trasladé para aquí fue bastante impactante vivir encima del mar, y muy bonito también porque todos los niños teníamos la aldea para nosotros, lo que me brindó una infancia preciosa. El mar era ese elemento que te evadía, que te daba alma, y que servía como zona de exploración. Por estos motivos, para mí era fundamental rendir tributo a ese lugar en el que me gusta estar, cerca del mar. De hecho, viví un tiempo en Madrid y la verdad que se me daba fatal estar allí, le tenía mucha morriña al mar. Desde muy pequeña, siempre me apasionó el mundo marinero, y en esas primeras ideas para hacer canciones que definieran mi estilo, me salían muchas canciones propias del folklore marinero. Digamos que el mar es el primer elemento de mi vida creativa.

P: El disco nace con el arrullo del mar, luego MINIATURA y ROSALÍA EN RAZO (recitación de Rosalía Fernández Rial) funcionan como puntos de inflexión que abren nuevas vertientes, y culminas este paisaje marítimo musical con la catártica AROU 79. ¿Todo este recorrido, cimentado en la fusión y una coherencia estética y estilística, dónde termina? ¿Cuál es el propósito que persigue este disco?

R: Yo quería hacer un diálogo con el mar, pero que no fuera evidente. No quería que las canciones hablaran con el mar, o hablaran del mar, o que yo le estuviera hablando al mar… Me interesaba el diálogo y que el mar estuviera presente, pero que no fuera evidente, sino que se intuyera y que constituyese un viaje. Me gustan mucho los discos que presentan paisajes sonoros, como los de grupos como Pink Floyd o King Crimson, me encantan. Disfruto los álbumes en los que te metes dentro y viajas con ellos. A partir de estas influencias, quería que fuera un disco conceptual, un viaje musical, y que tuviera estaciones, que entre las canciones hubiera pequeños remansos para reflexionar o dejarse llevar. La primera canción que abre el álbum está hecha con 50 voces de personas que me mandaron un audio con una frase, luego las echamos a jugar y pasamos esas voces por pedales analógicos y de guitarra, jugando con el eco, etc. También buscaba que fueran pequeñas canciones que las vas encontrando en la orilla, como cuando bajas a la playa y te cruzas con corales, piedras, plásticos, basura (risas). Quería que fuese un viaje y un diálogo con el mar.

P: ¿Cómo se conserva la personalidad artística en una industria que antepone todo lo que no profundice en nada, que no fomenta el estar inmerso en la escucha o realización de un álbum?

R: Hacer un álbum es bastante complicado, y grabar este disco nos llevó un año entero terminarlo. Fue un proceso muy consciente, y yo soy consciente a su vez de que soy una artista periférica que no sigue las modas, y que eso tiene sus consecuencias. Sé que no voy a estar en la paleta mainstream porque la música que hago no lo es, y me gusta ser underground pero, por otro lado, te introduce en una dinámica bastante complicada para alcanzar un público mayor. Al mismo tiempo, cuando hicimos este disco queríamos que tuviera plásticos, que su forma física no siguiera las reglas de la industria. No es un vinilo, no es un casette ni ningún otro formato conocido, nos inventamos un formato hecho con materiales reciclados y respetuosos con el mar. Aunque a veces incursionó en proyectos propios del mainstream, porque he tenido la suerte de colaborar con artistas top, sí que valoro muchísimo mi camino underground y periférico. Pienso que ambas son compatibles, y que no seguir las modas no es siempre algo negativo.

P: Para terminar, háblanos sobre tus proyectos futuros

R: Lo próximo que tenemos es llevar este disco al directo, de una forma que sea posible, que nos dé para vivir a todos (risas) y de una manera novedosa. Quizá mi mayor reto actual sea conseguir trasladar el disco al directo, tanto su parte electrónica como su parte acústica, con los músicos con los que suelo trabajar. La confección de un directo no es como hacer un disco, pero en muchas ocasiones sí y, en este caso, hacer este directo (sin artificios) nos va a llevar un tiempo, con la previsión de empezar a dar conciertos a partir de febrero/marzo. Además, nunca se para de hacer cosas, y ahora estoy metida en la composición de una canción que va a tener un gran recorrido, institucional incluso.

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