Victorino Luján: «Construir un personaje es un proceso de elaboración de laboratorio teatral»

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Conociendo a Victorino Luján, artista circense de la ciudad de Buenos Aires que interpreta al soñador Payaso Gigante en Corteo, espectáculo producido por el Circo del Sol

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Aunque ubicamos los primeros antecedentes del circo en la cultura mesopotámica, egipcia o en los juegos públicos del Imperio Romano, la fecha oficial de su nacimiento convenida por los académicos data de la segunda mitad del siglo XIX, concretamente en el año 1768, con los números de equitación del jinete Philip Astley. No obstante, no es tan relevante localizar el principio de las artes circenses, porque han formado parte como núcleo integral de la perspectiva lúdica del ser humano a lo largo de la historia, manifestada en espectáculos distintos.
El circo equivale a magia, evasión de la rutina, entretenimiento, espectáculo, valores que definen con precisión a la compañía más importante del sector, el Circo del Sol. Desde Cool Coruña, hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Victorino Luján, artista circense que interpreta el papel del Payaso Gigante en uno de los shows de mayor relevancia internacional de los últimos años, CORTEO.

P: Como artista, ¿Quién es Victorino? ¿Cómo te definirías?

R: Victorino es un artista que estudió clases de teatro, de recitación, en la ciudad de Buenos Aires. Me formé como actor con un profesor de teatro, el vezado del conservatorio nacional, y luego también tuve la posibilidad de aprender canto lírico con una profesora que venía de Uruguay. Mi hermana es cantante también, y a través de ella fue que la pude conocer y aprender el oficio de cantar.

P: En el show CORTEO interpretas el papel del Payaso Gigante, un cantante de ópera aficionado que se imagina a sí mismo como un artista de renombre mundial. ¿Cuál es la función o el valor que personifica tu papel en la narrativa del espectáculo?

R: Lo principal en la historia de mi personaje es que soy el vínculo más cercano del protagonista central, que se llama Mauro. Yo vengo a ser como su hermano en la narrativa del show, somos los amigos más íntimos que compartimos toda nuestra historia a partir de nuestra vida en el circo. La parte del cantante de ópera forma parte de la pretensión del personaje que le agregué, para jugar con eso y desarrollar esa ambición de mi personaje que no se llega a concretar del todo. Lo utilizamos en los momentos de comedia, aunque también tengo que cantar en algunos periodos corales con los demás artistas. Hay un par de escenas en las que se requiere la parte de los cantantes centrales del espectáculo, y nosotros ayudamos grupalmente.

P: Para interpretar lo mejor posible a un personaje hay que llevar a cabo un proceso de introspección, para conocer sus motivaciones y su personalidad_ ¿Cómo consigues encarnar tu personaje y hacerlo tuyo?

R: Lo bueno de esto es que participé en el proceso de creación del espectáculo, allá por el 2005. El creador del show, Daniele Finzi Pasca, nos propuso trabajar cada quién sobre los elementos y las herramientas que cada artista poseía, a través de su personalidad, de su modo de ser, y empezar a construir desde ese punto, apelando a la honestidad sobre la escena, a que cada uno fuese armando su personaje. No es que llegáramos y tuviéramos que repetir una parte ya escrita para otra persona, el trabajo fue justamente de elaboración personal. De hecho, aún seguimos manteniendo esa modalidad con los artistas que se van integrando con el paso del tiempo, y siempre se busca en la dirección de construir los personajes desde su perspectiva personal, y según los aportes que pueda dar.

P: ¿Y cómo es el proceso de confección del personaje?

R: Se parte de una línea mínima trazada. En mi caso tuve que partir de algunos conceptos que nos iban dando, y de ahí empezar un tránsito hacia la búsqueda y construcción de las motivaciones y razones de cada personaje. Cimentar su historia es como una especie de elaboración de laboratorio teatral para definir cada personaje y darle contexto a la historia.

P: ¿Cómo se vive el hecho de ser partícipe de una producción de magnitud internacional como lo es CORTEO?

R: En una época jugué baloncesto por mi estatura (2,08cm), y lo que yo sentí las primeras semanas cuando me integré podía parangonarlo con fichar por un equipo de la NBA o ir convocado con la selección nacional del deporte que practiques. Es un lugar al que la gente ambiciona mucho llegar y, por experiencia personal, puede requerir mucho tiempo de espera, y poner en valor eso ayuda a entender el lugar del que se trata, la compañía de la que se trata, y apreciar el lugar en el que se trabaja.

P: Una vez logras entrar en este lugar. ¿Cómo es el mundo del espectáculo, se vive la presión?

R: Se siente, sí. No obstante, en los primeros años he tenido un proceso de aprendizaje profesional. Al estar en semejante compañía, y tratando de congeniar con el modo que había aprendido en mi país para trabajar en este tipo de producciones, hay que abrir todas las antenas y estar bien despierto. Afortunadamente, me ha tocado trabajar con gente muy inteligente en distintos aspectos, desde el nivel del trabajo hasta la creación de espectáculos o el nivel emocional, y eso te da el impulso para continuar y seguir adelante.

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