Literatura, sin embargo, ¿para qué sirve?

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Foto: Pixabay

Lucía Gómez, de Daffodils Books

Las historias que leemos antes de dormir, la novela que llevas a la playa para leer cómodamente en tu sillita, las historias que nos cuentan desde pequeños nuestros abuelos y abuelas, los clichés literarios, el cine, la televisión, la música, la moda… En todos estos
terrenos encontramos literatura, sin embargo, si constituye una parte sustancial del mundo en
el que vivimos por qué nos cuesta definir este concepto y otorgarle una utilidad.
Ya que se pretende que esta sección sea un espacio para realizar reseñas, recomendaciones y críticas literarias, me ha parecido pertinente definir con mayor exactitud aquello a lo que nos referiremos: la Literatura (sí, con mayúscula). Pero, ¿qué es Literatura? ¿Para qué sirve la Literatura? ¿Por qué se estudia Literatura?


Todos entendemos la literatura como un concepto bastante amplio, la mayoría de veces si pensamos en literatura nos vienen a la cabeza los grandes clásicos universales: Cervantes, Shakespeare, Wolf, Tolstoi, Austen, Dickinson, Poe o Dumas, entre otros grandes escritores y escritoras (con los que no me detendré en esta ocasión). No obstante, no es al conjunto de obras literarias a lo que me refiero cuando hablo de literatura como una materia o disciplina. La concepción actual que manejamos del término se desarrolló a lo largo de los siglos XVIII y XIX, así que haremos un breve repaso en la historia para conocer la evolución del término hasta llegar a la concepción contemporánea. En la antigüedad, literatura englobaba todo saber y erudición, “los hombres de letras”, los literatos eran aquellos que sabían escribir y se dedicaban a estudiar e historiar, en aras de reunir todo el conocimiento construido hasta ese momento. Aquí, aparece la figura del copista en su scriptorium medieval, un erudito en todos los sentidos. Sin embargo, el término actual bebe de la Ilustración y del Romanticismo, que parte de la idea de la obra de arte como inspiración, donde la subjetividad del escritor ocupa un papel fundamental. El Romanticismo afirmó al individuo como creador, exaltó su libertad, imaginación y autonomía en la producción de la obra de arte, que proporcionó la entrada a un nuevo ámbito no trabajado, la originalidad. De esta forma, en la actualidad entendemos literatura como un texto oral o escrito con función poética que pretende emocionarnos, esto es, el arte de la palabra con voluntad estilística (por abreviar). Así, se desarrolló la literatura como una disciplina en la que se pudieran estudiar las producciones literarias para clasificarlas de acuerdo a una época, género o nación.

Después de haber definido qué es Literatura hemos comprobado que es una materia viva en constante cambio, pero todavía no entramos en el terreno de lo útil, que no es una cuestión banal. Existen algunas corrientes que defienden que la literatura es una de las manifestaciones culturales más antiguas de la humanidad y, por tanto, ha tenido un papel trascendental a la hora de transmitir conocimientos, ideas y valores en las sociedades. No obstante, aunque esto resulte evidente, no consigue encajar del todo con el significado moderno, en el propio sentido de la expresión modernidad, que le hemos dado a esta materia.

Si literatura es el arte de la palabra con voluntad de estilo, entramos en un terreno distinto, en
el que la transmisión de conocimiento ya no es el objetivo principal, sino que se prima la forma en la que narramos las historias. Como he comentado al inicio, la literatura nos rodea y constituye gran parte del mundo actual, quizá, como una forma de abstracción modernista en búsqueda de lugares ficcionales exóticos que consigan evadirnos de la realidad ostensible, por eso seguimos leyendo de forma lúdica, porque nos gusta y nos entretiene. Aunque no se debe negar que se puede aprender y obtener conocimiento de la lectura, pero a mi modo de ver es una definición encorsetada y que no llega a la idea completa. Me explico, ¿por qué debe ser útil la literatura? ¿Por qué las personas que nos dedicamos a las humanidades estamos empeñados en buscarle un propósito?

E cierto que la literatura es útil si le buscamos un propósito, pues nos permite acceder a una de las fuentes más importantes de cultura, conocer épocas y períodos históricos, acercarnos a una reflexión de la realidad, a la comprensión del mundo y a nuevas ideas, sin olvidar que, aunque nos hayan dicho que no, la lectura gusta y la gente continúa leyendo, a pesar de que el soporte haya cambiado. Quizá ya no leemos tanto en papel, como tampoco seguimos leyendo en pliegos de cordel o en piedra, nos hemos pasado a la era digital, con todo lo que eso conlleva.

Lo que sucede es que cuando hablamos de arte y humanidades, las líneas que delimitan estas disciplinas son borrosas, por lo que tendemos a buscarle una utilidad para defendernos, pues es cierto que estas disciplinas tienden a ponerse en duda constantemente. Pero, no creo que haya que buscar más adeptos explicando los muchos beneficios de una buena lectura. No es lo mismo hablar de beneficios que de utilidad, para que algo sea útil tiene que servir para algo.

Si nos acercamos al arte Dadá, un movimiento artístico de la vanguardia de principios del siglo XX que defiende el anti-arte, el arte es nada y, también, inutil. Los Modernistas, los “raros”, concebían la búsqueda del arte por el arte, la búsqueda de lo estético, lo estilístico en literatura, la capacidad de construir arte verbal. Ciertamente, esta concepción no encaja dentro de lo que concebimos como útil, pero es que la Literatura va más allá de ese límite. La pregunta no debería ser para qué sirve, sino qué haríamos sin Literatura, qué sería del porvenir sin arte, sin la posibilidad de narrar historias, sin ficción y
sin poesía

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