Carabela, o alma do electropop e o arraigo da música tradicional

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Hablamos con Carabela, banda emergente que cultiva un electropop de continuo contraste con matices arraigados de la música tradicional gallega

Foto: Antonio Rubio

La plasticidad creativa de la música no tiene parangón. Su capacidad para deconstruir y transformar los límites de la realidad tangible remarca su virtud primordial: la infinitud. En el profundo caos armonizado en el que se desarrolla, la música ofrece infinitas posibilidades, combinaciones y simbiosis que integran un abanico interminable para la creación, en un ejercicio deliberado de catarsis y liberación. Desde Cool Coruña, hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Carabela, grupo emergente que aboga por la existencia del ánima de la electrónica, un género incomprendido que funciona como nexo de diversidad de influencias estilísticas que fluctúan en su sonido, con la omnisciencia elemental de la música tradicional.

P: Para empezar. ¿Qué es Carabela?

(Pablo Agra): Carabela es un proyecto que nace de la necesidad de hacer música, de encontrar una vía de expresión artística e intelectual, y cómo un acto de rebeldía contra la concepción general sobre lo que no es útil, como la música o el arte. Parece que todo lo que se hace en la sociedad contemporánea tiene que ver con cosas útiles y económicas, y nosotros para cubrir esa parte creativa, decidirnos unirnos y dedicar nuestro tiempo libre a esto.

P: Vuestro sonido fluctúa entre un electropop con influencias diversas, con un componente notable de música tradicional gallega, un movimiento incipiente en la escena autonómica. ¿Dónde tiene su origen esta combinación de estilos, cómo se gesta?

(Ana): Nace de manera orgánica. Cada uno tiene sus influencias, y aunque sí que es verdad que en un primer momento nos sentamos a hablar sobre cuáles iban a ser nuestras referencias, a medida que vas haciendo te vas contagiando de la música que bebes. Entonces, parte de las influencias y estilos musicales que se perciben en nuestra música proceden de esa naturalidad a la hora de componer.

(Pablo Agra): El tema de la música tradicional no está incrustada como un elemento a explorar o que tengamos que poner en valor, sino que es una parte  natural de nuestro sonido, sobre todo desde la visión de Ana, que es quién se ha nutrido más de esa tradición. Se incorporo de forma natural con otros géneros, no de manera forzada.

(Ana): Mezclamos nuestras personalidades musicales. Cada uno tiene su background y aporta lo que tiene para aportar. Como yo venía de la música tradicional, se percibe mucho más esa riqueza. Sí es cierto que ahora, de repente, está pendiente de esta nueva escena, se tiene más en cuenta a la música tradicional gallega, pero no lo hacemos por entrar en esa tendencia, sino porque nos sale natural.

P: El 21 de junio lanzasteis “A Noite”, un álbum conceptual que gira en torno a los pensamientos que nos inquietan durante la noche, a lo vulnerables que nos volvemos a la rumiación del desvelo, y cada canción se desenvuelve con una intensidad diferente, yendo de menos a más a lo largo del EP. ¿Por qué esta elección temática, y el orden coherente de sonido?

(Pablo Agra): El disco, realmente, desarrolla un concepto de la noche más amplio.  no sólo aborda los momentos de desvelo o vulnerabilidad, Sino ese momento especial de la noche dónde los sentimientos están más a flor de piel, los instantes donde te crees un superhéroe o la persona más frágil del mundo; la cama como tu lugar seguro o como un auténtico infierno. Estos contrastes están presentes en todo el álbum, porque creemos que representan mucho mejor esta etapa.

(Alba): Este EP también nació porque el año pasado sacáramos otro, llamado “No”. Necesitábamos llevarlo al directo, pero teníamos pocas canciones, así que compusimos unas nuevas que acabarían conformando este EP. Después le dimos la forma y la temática de la noche, como una conceptualización a posteriori.

(Pablo Agra): A modo de anécdota, hubo una canción que cambiamos al mes de sacar el disco. La borramos entera y la cambiamos por completo, porque no cuadraba dentro del concepto ni del sonido general, pero como estaban ya hechas de un año antes, hubo que remodelar algunas. Entramos en crisis (risas), y cambiamos la primera, “Vixilia”.

(Ana): Se quedaba muy desconectada de lo que queríamos transmitir de contrastes. Ahora es muy aterciopelada, te introduce en el concepto de la noche de una manera más suave, pero de aquellas no encajaba en lo que buscábamos plasmar.

P: ¿Qué matices encontráis en la delicadeza virtuosa de la electrónica ¿Cómo refuerza el mensaje radical de la canción?

(Alba): Incorporar la electrónica a las canciones fue una consecuencia de escuchar mucha electrónica en aquel momento, no se dio tampoco por la intención de meterse en esa escena de mezclar electrónica con otros estilos. Fue un proceso completamente orgánico.

(Pablo Agra): La gente piensa que las máquinas y la música electrónica no tienen alma, cuando se la imprime la persona que la utiliza. Nosotros utilizamos la electrónica porque su abanico de posibilidades es muy amplio, y esa variedad es la que nos aporta a nuestra música. No la aplicamos porque esté de moda y haya que hacerlo.

(Ana): También utilizamos la electrónica porque la música que cultivamos tiene ese fondo ambiental, de querer envolver al oyente. Es más accesible y alcanzable crear esa atmósfera que buscamos con la electrónica que con otro tipo de instrumentos o medios.

(Pablo Agra): Para generar atmósferas, nos resulta más fácil utilizar un sintetizador que una orquesta de cuerdas entera, y también es más barato (risas).

(Alba): A mí, que toco los sintetizadores y teclados en el grupo, me gustaría ter todos los sintetizadores analógicos y las máquinas en físico, pero por cuestiones económicas es inviable. Sin embargo, los recursos que me aporta el pack digital son mayores.

(Pablo Agra): La digitalización hizo que los precios de estas herramientas decayesen, y ha democratizado la creación de la música.

(Ana): Totalmente, ahora se está viendo que mucha gente que está aportando su granito de arena en la música, y es gracias a esta democratización.

P: ¿En qué posición os ubicáis vosotros en un mercado actual saturado de productos e inmerso en una superficialidad e inmediatez patentes?

(Pablo Agra): Se produce una paradoja. Por un lado, vivimos un momento histórico en el que casi todo el mundo tiene acceso a hacer su propia música, pero, por otro, la escena musical la acopan unos pocos grupos, e incluso los espacios donde se lleva a cabo. Es paradójico, contradictorio. Parece que ahora todos estos espacios tienen que estar pivotados sobre música considerada “animada”, y otras propuestas más alternativas y que no llegan tanto de primeras no se incluyen tanto. La música, al final, forma parte de la misma cultura. En una sociedad donde las redes sociales y el contenido rápido están de moda, entiendo que la música, en ocasiones, es una proyección de esa sociedad, a pesar de ser más democrática en su elaboración.

(Ana): No obstante, a pesar de todos los estímulos y música nueva que hay, está surgiendo un movimiento subyacente contrario, que prioriza un consumo de música propio de otro tiempo. Un ejemplo lo puedes ver en el incremento de la gente que escucha vinilos en la actualidad. Dentro de este movimiento a contracorriente, considero que nosotros entramos más en esa escucha activa y en ese espacio para generar un vínculo con los oyentes.

P: Para terminar, habladnos sobre vuestros proyectos futuros

(Ana): Ahora mismo, estamos trabajando en algo que no está directamente en nuestras manos, pero tendremos novedades en los próximos meses. En el futuro, nos gustaría trabajar en la posibilidad de hacer un nuevo álbum (con calma), y por otro lado, hacer colaboraciones con gente que hemos ido conociendo y artistas que admiramos.

(Alba): El siguiente paso que llevaremos a cabo seguramente sea un disco largo, pero no para un corto plazo.

(Pablo Agra): A ver, ahora mismo, más a corto plazo, estamos experimentando y conociendo gente. Antes de aventurarnos a hacer el disco, lo más bonito que nos está dando esta experiencia de Carabela es conocer a otros músicos, y estamos conociendo muchos que cultivan música electrónica. Por eso queremos aprovechar esto, también para ir aprendiendo. Además, sacaremos dentro de poco material nuevo.

(Ana): Es verdad que nosotros no nos conocíamos en el aspecto musical, aunque sí como amigos, entonces este inicio del grupo fue para conocernos en ese sentido. Aprendemos mucho de nosotros, a pesar de que aún queda camino por recorrer, pero también es positivo tener una perspectiva externa de gente que también esté haciendo cosas en este mundo. Así que vamos a aprovechar esta etapa de colaboraciones y demás para aprender, y cuando llegue el momento empezaremos a trabajar en el nuevo disco.

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