Entrevistamos a Genie Espinosa, reconocida ilustradora y muralista catalana que invita a sumergirnos en el cuestionamiento de lo normativo con su estilo emancipado de las cadenas de los estándares
La flexibilidad creativa y conceptual de la que dota el dibujo al creador es una característica que la eleva a una dimensión compositiva diferente sobre sus congéneres. La realidad es asumible según convencionalismos y convergencias en la forma de afrontar su percepción, pero ese frágil equilibrio puede experimentar alteraciones tan variopintas como el autor estime, pues está sujeto a la maleabilidad de un medio artístico tan libre como imprevisible. Desde Cool Coruña, hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Genie Espinosa, importante ilustradora, autora de cómics y muralista de Badalona que se enfrenta a los cánones normativos con sus figuras deformadas, perspectivas sobredimensionadas y una paleta de colores fuertes.
P: Para empezar la entrevista. ¿Quién es Genie Espinosa?
R: Genie Espinosa es una ilustradora, autora de cómics y muralista de Badalona, una ciudad que está cerca de Barcelona.
P: ¿Cuál es la filosofía y el origen que hay detrás de tu estilo tan particular, de colores fuertes, perspectivas exageradas y personajes de tamaños sobredimensionados?
R: Mi estilo se ha desarrollado a base de curiosidad y descubrimiento. Mi objetivo principal era crear estos personajes tan grandes, estirados y hasta un poco deformados, para comprobar hasta cuánto se puede estirar un cuerpo y que lo siga pareciendo. De esa forma, también se pierde las medidas y características normativas del cuerpo humano, que no me interesan nada. Además, lo he combinado con una investigación del color para alejarme de los estándares, como el color de piel, y eso me ha llevado a crear una paleta de color característica, o distorsiones de figuras propias de lo normativo.
P: ¿Consideras que el dibujo es uno de los medios artístico que otorga una mayor oportunidad de emancipación de los estándares normativos?
R: Lo bueno que tiene el dibujo es que podemos hacer lo que queramos, somos dueños y señores del universo que creamos papel o del formato que estemos trabajando. Como las reglas las ponemos nosotros, sería absurdo no crear reglas que no existieran en la realidad, como una corporeidad o un centro de gravedad diferentes. Si puedes hacerlo, aprovéchalo.
P: ¿Cómo es crear ese universo personal adaptándolo para que sintonice con el mundo real que quizá intentas representar?
R: Son curiosas estas conexiones. Justamente, para la portada que hice para el single Mafiosa de Nathy Peluso, ella no me dejó escuchar la canción para que no me influyera a la hora de diseñarla, me describió la idea que tenía y lo que quería ver en el resultado final. También diseñé el poster del Viñetas Desde O Atlántico sin haber estado antes en A Coruña. Como te informas de una forma externa, la manera de procesarlo es distinto, y creas una conexión que mola, y que difiere a sí hubiera venido antes y hubiese representado la Torre de Hércules de una manera más realista.
P: ¿Si volvieras a hacer la portada del Viñetas Desde O Atlántico, ya conociendo la ciudad, sería muy diferente la interpretación que le darías ahora a la original?
R: Pues creo que no, creo que se acercaría bastante. Igual le añadiría algún elemento más al cartel, pero estoy muy contenta por cómo ha quedado, y considero que también la gente ha quedado satisfecha con mi trabajo.
P: Sobre tu metodología de trabajo. ¿Te inclinas más por fluir en el caos creativo, o sigues un método de trabajo concreto?
R: A la hora de empezar soy muy caótica, en el sentido de que hago bocetos en servilletas, en una libreta o en el ordenador, pero cuando trabajo en crear el arte final, ya tengo mis manías. Normalmente uso Photoshop, tengo un color azul para el boceto que lo pongo a una determinada opacidad para luego pasarlo a color… Es una fase del proceso compositivo más maniática, porque a la hora de crear fluyo más con lo que me sirva de inspiración.
P: Háblanos sobre futuros proyectos en tu horizonte profesional.
R: Ahora mismo tengo las manos muy ocupadas con mi hijo de diez meses (risas), lo que me deja con muy poco espacio para pensar y descansar, pero sí que es cierto que cuando terminé mi último cómic, “Tiburón Blanco”, dije lo que siempre digo, y es que no quiero hacer ninguno más, porque me parece tremendamente complicado hacerlos, y la gente que cultiva este género son superhéroes. Sin embargo, se me ha ocurrido una idea para un nuevo cómic que quiero trabajar, así que empezaré este año para tenerlo terminado el año que viene.