Hablamos con el dúo conformado por Verónica Ferreiro y Javier Sánchez, reconocidos músicos de la escena nacional de jazz que se unen para dar vida a un proyecto pleno de fusión musical e introspección vital

Los intentos de sinergia entre perspectivas diferentes son empresas arriesgadas. La heterogeneidad de pensamiento, arraigada desde elementos específicos hasta los cimientos estructurales, establece montañas de discrepancia que hay que aprender a escalar para fluir en la misma dirección. Sin embargo, no hay que olvidar que la diversidad de enfoques enriquece y amplia los horizontes de la ideación, sembrando las pequeñas semillas que, más adelante, se convertirán en universos nuevos. Desde Cool Coruña, hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Verónica Ferreiro y Javier Sánchez, consumados músicos del jazz nacional que emprenden un proyecto compositivo conjunto, en el que la voz magnética y las evocadoras letras de Verónica confluyen con el elevado virtuosismo compositivo de Javier Sánchez. De nuevo, es hora de abrir el telón. Comenzamos.
P: Para empezar, me gustaría comenzar dejando en vuestras manos una reflexión-definición de vosotros mismos a nivel individual, antes de converger en este proyecto conjunto. ¿Quiénes son Verónica Ferreiro y Javier Sánchez?
JAVIER SÁNCHEZ: Soy un guitarrista extremeño que lleva afincado en Madrid ya más de la mitad de la vida, que ya es una vida un poco larga. Soy guitarrista principalmente de jazz, he acompañado ya a unos cuantos artistas en mi vida, pero la música que me mueve es la música clásica y el jazz, y tocar con músicos a los que admiro.
VERÓNICA FERREIRO: Soy vocalista, cantante, trabajo con la voz. Llevo en Madrid va a hacer 20 años ya en septiembre. Me vine a estudiar, gané un concurso de la Xunta de Galicia hace mucho tiempo, me dieron una beca muy guay y me vine a estudiar aquí. Desde entonces, también como Javier, he trabajado con un montón de artistas de música más comercial y por otro lado he podido desarrollar una carrera artística propia. Tengo tres discos, con este proyecto del que vamos a hablar hoy. También trabajo a veces como vocal coach en televisión o asistiendo a otros artistas y acompañando a otras voces.
P: ¿Cómo se fraguó el proyecto que lleváis a cabo como dúo, para grabar el disco “Camiño” y salir de gira con él?
JAVIER SÁNCHEZ: Yo entré a tocar con el grupo de Verónica hace un montón de años ya porque el guitarrista que estaba antes se fue a vivir a Francia y me propusieron entrar como guitarrista para tocar con el grupo. Yo ya grabé en el segundo disco, y como había bastante feeling musical entre los dos, empezamos a hacer algún concierto a dúo. Había una conexión muy especial y decidimos componer temas los dos y montar un proyecto conjunto, juntar nuestras maneras de hacer, porque siempre había mucha conexión tocando y pensamos ¿por qué no hacemos algo en el que hagamos música los dos, diferente a la manera en que lo habíamos hecho antes?
VERÓNICA FERREIRO: Yo estaba en un período en que no sabía tampoco cuál era el siguiente paso a dar después del segundo EP, que iba a ser un disco pero se quedó en un EP por razones personales, y como hacíamos bastantes bolos a dúo y me parecía muy interesante la propuesta, pues un día hablamos de si reconducíamos esto hacia un proyecto en común con música propia. Ahí empezó todo.
P: A la hora de plantear proyectos conjuntos, bien como dúo o como banda, siempre hay que tener en cuenta lo que cada miembro aporta a la nueva formación. ¿Qué os aportáis entre vosotros, qué es lo que cada uno trae para que al final seáis uno musicalmente hablando?
VERÓNICA FERREIRO: Como a priori venimos de dos mundos distintos, mi experiencia compositiva con los dos primeros discos fue de una manera muy de local de ensayo. Principalmente las ideas partían del que era el bajista y director musical en ese momento, y productor de los dos primeros discos, y mías. Era una idea que aportaba él o que aportaba yo, musical, melódica, una línea de bajo… una cosa muy pequeña, muy concreta. Luego, eso se desarrollaba, se llevaba al local con los músicos, con una estructura muy dentro del jazz, nos poníamos los cuatro o los cinco y desarrollábamos lo que iba a ser la canción. Entonces, a mí me apetecía trabajar de otra manera, y cuando conocí a Javi y veía todo su bagaje musical, de dónde venía, cómo entendía él la música, y cuando ya te conoces más en profundidad, decidí decirle que prefería que toda la parte musical y arreglística partan de ti y yo, desde esas ideas, desde esas imágenes que me evocaban lo que él me mandaba, crear un paisaje y contar una historia. También fue decidido y premeditado hacerlo en gallego. En este caso, está muy marcado lo que es el rollo de cada uno. Javi tendría la parte arreglística y compositiva y yo la parte de autora.
P: Hablabas de contar una historia. Tu disco “Camiño” es un recorrido que tiene un sentido narrativo, reflexivo y conceptual, evoca muchísimas emociones y tiene partes muy diferenciadas, o por lo menos, es lo que se percibe al escucharlo. Pero, desde vuestro punto de vista de creadores, ¿cuál es el propósito o mensaje que queréis transmitir con “Camiño”?
VERÓNICA FERREIRO: Esto lo puedo contestar ahora, pero durante el proceso creativo es muy difícil responder algo así, porque vas, en mi caso, en función de toda la música que parte de Javier, que tiene muchas capas, mucha profundidad. Hay mucha música dentro de todo lo que Javier me ofrecía, aunque fuese simplemente, y lo de simplemente entre comillas, una melodía con unos acordes. Había ya mucha información, muchas carga, y a mí esto ya me daba una imagen que siempre me evocaba, no sé por qué, a Galicia, a Coruña, donde yo crecí, a mi infancia, a mi familia, a cómo yo crecí con la música, y demás. Entonces me di cuenta, y me lo hizo ver una amiga, que en el desarrollo, en el tipo de temas, inconscientemente había como un ciclo vital en la manera de organizarlos. Pero fue completamente inconsciente. Leí estos días una entrevista a un escritor, que murió hace poco, que decía que él intentaba escribir un poco todos los días pero que no era muy consciente de adónde estaba llegando hasta mucho tiempo después. Pues salvando las distancias, me pasa un poco esto. Yo no fui consciente, y cuando esta amiga mía me dijo ¿te has dado cuenta de que es como un ciclo? ¿empieza con un nacimiento, un desarrollo, y termina con esa oración, con ese réquiem? Le dije: no me di cuenta. Y luego, echando la vista atrás, vi que tanto en “Laio” como en “Nese tempo” pasaba ya un poco esto. No un ciclo vital pero sí que hay un desarrollo muy cíclico. Las espirales, los círculos, los ritornellos, que dice un amigo mío, están super presentes en las cosas que escribo. Hay una escritura muy inconsciente muchas veces. Le pongo el sentido después. Creo que, como ha sido un proceso tan largo, un camino de desarrollo tan introspectivo, también para Javi que, compositivamente, fue su primera salida al mundo… Hay muchas cosas que uno quiere contar en la música, eso lo puede decir mejor él. Pero desde mi papel, la sensación es la de un ciclo, desde que nacemos hasta que morimos, renaces y vuelves a repetir el ciclo, continuamente.
P: En la parte puramente musical, de armonía, se nota en algunas canciones un componente muy sinfónico, que llama mucho la atención en unos temas que se mueven en el territorio del jazz.
JAVIER SÁNCHEZ: En la parte arreglística, que es a la que te refieres, a mí siempre me ha gustado mucho la música clásica, más que cualquier otro estilo. Incluso cuando yo era rockero, siempre me ha gustado más la música clásica. Entonces, la música que quería hacer es, lógicamente, la que más me gusta, imagino que como cualquiera que componga, buscas la música que más te llegue al corazón. Tiré un poco por ahí, aunque al principio iba a ser guitarra y voz. Pero la composición en sí quería que tuviese un poco ese punto de los compositores y de la música que más me gusta y que más escucho. Lo que pasa es que se dio la oportunidad de poder hacerlo con orquesta de cuerda. Entonces, como a mí me gusta mucho la música clásica y he analizado bastante música y realizado un montón de arreglos, entonces me dije: voy a hacer los arreglos de mi propia música con lo que oigo habitualmente. Por eso suena un poco sinfónico en el sentido de clásico, de orquesta. También hay batería y guitarra eléctrica, aunque no hay mucha guitarra, pero sobre todo quería, y así lo hablamos cuando se nos dio la oportunidad, que aunque no estuviese yo tanto como guitarrista en el disco, sí que estuviese representado por la orquesta en ese sentido.
VERÓNICA FERREIRO: Manda la composición. Cuando estás en pleno desarrollo de las canciones, te das cuenta si eso lo admite o no. Creo que el engranaje armónico tan potente que hay y el lenguaje que tiene Javier le favorecía muchísimo meter una orquesta de cuerda. No es algo metido como relleno, es que la orquesta tiene un peso propio e importante. Por eso aceptaba muy bien el convivir estos dos planos, una estructura más de jazz con una orquesta de cuerda. No fue nada premeditado, a priori, lo aceptaba muy bien según se desarrollaba el proceso.
JAVIER SÁNCHEZ: Queríamos que la orquesta tuviese mucha presencia en el disco, que no fuese solo un acompañamiento.
P: ¿Cómo se posicionan ante el actual panorama musical, dominado por lo mainstream y por la música de consumo rápido, unos artistas como vosotros que apostáis por una música intemporal?
JAVIER SÁNCHEZ: Le preguntaron a Bunbury algo relacionado con el reguetón hace unos años, y yo voy a responder algo parecido a lo que dijo él: no tengo mucha opinión porque no escucho esa música. Sería opinar sin saber, no consumo ese tipo de música. Y mira que he tocado con artistas que hacen mainstream, he tocado muchos años con Melendi, por ejemplo, y es un artista muy famoso y que da muchos conciertos, pero era la única música de ese tipo que consumía en esos tiempos porque me tocaba por trabajo, con todos mis respetos. Sí es verdad que, musicalmente, lo mainstream o el reguetón, o lo que ahora se esté escuchando más en la radio es más sencillo que otras músicas en algún sentido, con letras menos profundas y con música menos compleja, depende de por dónde lo mires, pero pienso que todo lo que esté bien hecho y con corazón merece un respeto. Si alguien se ha sentado en su casa con su ordenador y se ha hecho una canción y una letra y después triunfa, a mí me merece un respeto. Mi público, nuestro público, no es ese público, no pretendo que nuestra música llegue a la gente que escucha ese tipo de música, pero sí que me merece un respeto cualquiera que haga una canción y le ponga amor. Porque, sea reguetón o sea otra cosa, los que triunfan es porque tienen algo bien hecho, al margen de que te guste o no consumir esa música o lo que diga esa letra. Pero si hay puesto ahí el corazón de alguien o una verdad, a mí no me parece mal. Otra cosa es ser consciente de que nuestro público no es ese. Hay público para todo, el jazz y la música clásica son más minoritarios de siempre. Puedo pensar que hay más belleza en la música que me gusta a mí, pero seguramente para el que escucha reguetón hay más belleza en el otro lado. Es tan relativo lo que es bello para cada uno, o lo que le mueve a cada uno el corazón.
VERÓNICA FERREIRO: Una cosa es la música, que es muy grande, en general, sin determinar, y otra cosa es que la música para Javier y para mí signifique algo concreto, y para otro artista la música tenga otro significado. Por otro lado, creo que muchas veces se confunde la música con el negocio de la música. Son dos cosas diferentes. Del consumo tan rápido al que te referías creo que siempre ha pasado, y que es un reflejo social, algo que no está pasando solo con la música. Todo se consume muy deprisa, ahora las canciones no duran lo que duraban, no tienen vida los discos, vamos a ver lo que duran…Pero siempre seguirá habiendo compositores, artistas, autores que necesitan expresarse y tendrán su público, eso seguro. Creo que hay que distinguir entre la música y el negocio, aunque este tiene mucha impronta en el momento social que vivimos, y da la sensación de que todo es negocio, al final.
P: En cuanto a esa diferencia de la que hablas entre el negocio de la música y la música en sí, ¿crees que el primero puede influir en la manera en que se concibe la segunda? ¿Puede llegar el negocio a influir en la forma de hacer música, en la manera de entenderla como arte?
VERÓNICA FERREIRO: Claro que afecta, en el momento en que la música se convierte en tu medio de vida. Lo que pasa es que tú tomas la decisión de hacer, como decía Javier, lo que te mueve el corazón. Y esto también puede variar mucho con el tiempo. Mira Jorge Drexler, la edad que tiene y su recorrido. Y le preguntaban precisamente por el reguetón, y dijo: creo que hay que integrar de alguna manera, ver qué está pasando, qué fenómeno está sucediendo con todo esto, con lo electrónico y demás. Él ha cogido todo esto y lo ha tratado de integrar con muchos oídos y con mucha vista, integrarlo dentro de su siguiente paso en su carrera. Claro que afecta todo esto en la forma de hacer música. Pero él también decía: yo no voy a decir que esto está mal o está bien, voy a intentar entender qué es lo que está pasando y buscar la manera de integrarlo en lo mío. Pero lo hace desde su mirada, desde lo que él siente que es la música.
P: Sobre tu decisión de utilizar el gallego en tus temas, ¿consideras que es necesario fomentar la riqueza que supone nuestra lengua a través del trabajo de los artistas?
VERÓNICA FERREIRO: Si te nace, sí. Si te es natural, creo que sí. No se trata de decir: voy a hacer una canción, por ejemplo, en inglés porque me toca ahora. Es lo mismo que decía Javier antes, si te nace del corazón y crees que es un buen momento y te apetece expresarte en este idioma, pues fenomenal. Yo antes me expresaba más en inglés, por ejemplo, porque eran las influencias más directas que tenía. Todo lo que escuchaba era en inglés, y no soy inglesa, el inglés no es mi idioma materno ni el segundo idioma. Es algo que he tenido que desarrollar y aprender, y forma parte de mi desarrollo artístico. Pero en este caso sí que tenía claro que quería hacer en gallego porque creo que le debía al idioma algo. Siempre me ha parecido que es muy musical y, más allá de lo que cuentes, la melodía es muy importante. Y eso lo tiene el gallego. Me parece música pura escuchar a alguien hablando con acento gallego. Siempre he visto mucha música en el idioma. Entonces, creí que con lo que ofrecía Javier y con lo que yo imaginaba, y que todo iba a Galicia, a mi familia, pues me decidí. Y eso que no soy galegofalante, pero lo sé hablar, mi madre lo hablaba, mi abuela también… Pero me apetecía mucho, por eso quise hacerlo así.
P: Como artistas, supongo que vuestra cabeza siempre estará en marcha, como una locomotora de ideas. ¿Qué proyectos tenéis en mente a corto o medio plazo?
JAVIER SÁNCHEZ: Estamos componiendo temas para hacer otro disco, con vistas a acabarlo este año. Lo que pasa es que como ahora no se lleva hacer discos enteros, y se van sacando un tema y luego otro, y así, a lo mejor vamos sacando temas y cuando tengamos para recopilar, lo sacaremos entero. Pero estamos volviendo a componer temas en este momento, dándole una vuelta al castellano aunque algún tema sea en gallego. En principio, este disco sí que va a ser a dúo, aunque en algún momento pueda ser a trío, con piano o contrabajo, pero va a ser guitarra y voz. Aparte, trabajamos en otros proyectos, tocando con otros músicos. Tengo alguna composición en un grupo gipsy, pero mi proyecto más personal es este, es lo que más me mueve, donde más me siento yo como compositor, sobre todo. VERÓNICA FERREIRO: Lo estoy convenciendo para que haga un disco suyo. Tarde o temprano, eso tiene que pasar [risas]. Es que colaboramos con mucha gente; esto que decía antes de que tenemos personalidades múltiples, pero es que trabajamos con mucha gente y profesionalmente hay muchos roles que hay que desarrollar. Pero llega un momento, una edad en la que, por lo menos a mí me ha pasado en los últimos cinco o seis años, quizás por la maternidad, en la que tienes que acotar, dónde pones el foco y la energía. Al principio, en la veintena o al comienzo de la treintena, crees que puedes desarrollar muchas cosas a la vez, pero luego se va cerrando el foco, y la energía se va concentrando en una o dos direcciones. La labor creativa requiere de un estado de concentración y de contemplación muy alto, en mi caso con la maternidad, y en el caso de Javier, que también es padre, no siempre es sencillo llevarlo a cabo. Entonces, concentras tus opciones mucho más, porque también te producen sinergias maravillosas las colaboraciones con otros artistas que también están desarrollando sus proyectos personales. Así nos alimentamos los unos de los otros.