Sesiones En Vilo, el registro de la música «underground» coruñesa

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Profundizamos en el proyecto «Sesiones En Vilo», una plataforma de exposición y recopilación de la riqueza musical que atesora A Coruña.

Foto: cedida por Sesiones En Vilo

El inmenso legado de Alan Lomax por su labor etnomusicológica de recopilación de música popular durante el siglo XX ha servido de inspiración para iniciativas que aspiran a tender una mano al despertar de la música local. Un buen ejemplo de ello es «Sesiones En Vilo», un proyecto conformado por ocho amigos- Pedro Silva, Rodrigo Yagüe, Javier Fernández, Gabriela Hernández, Arina Coretchi, Manuel Pallares, Clara Vilasó, (Santi Hernández de asistente) – que han conseguido desarrollar una metodología de trabajo a partir de la definición de los roles individuales y la cercanía, que les ha permitido ofrecer una plataforma accesible y profesional para que el talento musical coruñés se de a conocer, y realizar un registro único de la diversidad escondida que la caracteriza. De nuevo, es hora de abrir el telón. Comenzamos.

P: Empezaremos, si os parece, por la pregunta ya clásica en nuestra sección. Dejamos a los protagonistas que se definan con sus propias palabras. Entonces, ¿qué es Sesiones en Vilo?

R [Pedro]: Sesiones en Vilo es un museo musical. El objetivo que tenemos es, principalmente, traer bandas de carácter local, bandas underground, y tratar de darles un espacio que no suelen tener. A cualquier banda que esté empezando, o que lleve cinco, seis, o diez años, pero que aún no estén viviendo de la música, por así decirlo, o que tengan pocas posibilidades de vivir de la música, les puede ser muy costoso económicamente conseguir un producto de este tipo: una sesión grabada con sus canciones originales en buena calidad, en 4K, con un tratamiento de audio excelente, etc. Se trata de abrirle esa puerta a cualquier artista que quiera venir aquí, aparte de que hay espacio para todo el mundo: da igual el estilo que hagas o la experiencia que tengas. También, se trata de que, en un futuro, la gente eche la vista atrás y se vea, ¿no? Que el que venga a grabar un En Vilo ahora, en 2024, que en 2030 mire atrás y diga “en Coruña estaba pasando esto, yo hace cinco años estaba en Coruña haciendo esto”. Esto es un poco la misión de todo esto, de En Vilo.

P: Es un proyecto valiente y, como comentábais, abierto a todo el mundo, a toda la música local, con la idea de dar visibilidad a la música underground. ¿De dónde surge esa idea, esa necesidad de acometer la misión de ayudar, o de ser un puente, para los grupos locales?

R [Pedro]: El origen de todo esto viene de dos cosas. La primera es Alan Lomax [etnomusicólogo estadounidense], ya que a mí, en lo personal, siempre me ha gustado mucho la figura del song hunter, que viaja por el mundo para retratar el folclore. Lo que estamos haciendo nosotros ahora es un poco eso, porque lo que está sonando en Coruña ahora mismo, dentro de 50 años va a ser el folclore de esta época, de esta generación, el folclore de los años 20 del siglo XXI. Es lo que estamos haciendo nosotros, de forma que puedas mirar atrás y decir “el folclore es lo que grabó En Vilo”. Entonces, por una parte, seríamos una especie de song hunters modernos. Por otra parte, ¿por qué pensamos en artistas emergentes, artistas underground? Porque son los que lo necesitan, es decir, son los artistas que menos apoyados están, son artistas que a lo mejor están en sellos más pequeños, sellos que no les puede dar cierta ayuda para mover conciertos o mover grabaciones, o artistas que, directamente, no tienen ni sello, que no tienen ningún soporte económico. Por muy bueno que sea tu producto, tu música, es muy complicado que alguien la escuche o la compre. Entonces, Sesiones en Vilo viene de estas dos cosas: primero, de retratar lo que está pasando en la ciudad a nivel musical y, segundo, servir de support, de apoyo, a los artistas para mostrarse al gran público.

R [Gabriela]: También queremos crear una comunidad de apoyo con todos los artistas que vienen, una especie de comunidad donde todos nos apoyemos los unos en los otros. Ya nos ha pasado que viene un artista y nos dice “oye, ¿me podéis pasar el teléfono de este artista, que me gustaría colaborar con él?” Y entonces organizan conciertos juntos, hacen colaboraciones…  

P: ¿Cómo está la escena musical en el ámbito local? ¿Cómo está la situación:  bien, mal, regular?

R [Gabriela]: A nivel de cantidad y de calidad, veo un movimiento bastante interesante. De hecho, lo comentábamos con un profesor que tuvimos en la carrera [Comunicación Audiovisual]. Él nos preguntaba si veíamos que había un movimiento, no como la movida madrileña, que eso es otra cosa, pero sí que hay un movimiento cultural interesante. Por ejemplo, vemos que la comunidad LGTB está haciendo cosas impresionantes en Santiago; lo vimos con Gael de Papel… Cada vez está tomando más fuerza la cultura. Luego, a nivel de salas de conciertos, sí que está más complicado. Pero los artistas sí creo que se están moviendo.

R [Pedro]: Lo que sí estamos notando mucho es que en Coruña, los viernes y sábados en hora de vermú, todos los restaurantes del centro llevan artistas a tocar. Es cierto que hay un grueso de artistas que tocan versiones pero, bueno, estés o no a favor o en contra de tocar versiones, al final es lo que mucha gente quiere escuchar, ¿no? Y en ese sentido, sí que hay mucho movimiento, de terraceo, de siempre haber un cantautor o una banda aquí y allá, en muchos restaurantes, en muchos bares, y eso está muy bien porque genera el sentimiento de que en la ciudad también se hace música. Luego, a nivel de salas, es lo que decía Gabi, todo sigue un poco igual, pero porque el público no está acostumbrado a ir a salas a ver bandas no conocidas, no famosas. En ese sentido, esperemos que En Vilo sirva para reeducar un poco, por así decirlo, al público. Decirle “coño, en tu ciudad, tu gente, tus vecinos, están haciendo música, buena música, muy buena, incluso música mejor si cabe que la mainstream y, sin embargo, no vas a sus conciertos”.

R [Gabriela]: También ayuda el hecho de ver el cartel de En Vilo. Por ejemplo, en el caso de Gael de Papel. ¿No sabes qué hace? Pues buscas acá a Gael de Papel y tiene una sesión en En Vilo. Así ya sabes lo que vas a escuchar y sabes si eso encaja en lo que tú esperas de un concierto.

R [Pedro]: Sí, un cartel de En Vilo sirve también como una carta de presentación.

P: Viéndoos trabajar durante la sesión de grabación, antes de la entrevista, una de las cosas que más me ha sorprendido es la buena organización, la comunicación que tenéis. ¿Cuál es la clave de esa sintonía laboral?

R [Pedro]: Aquí somos todos amigos, Gabi y yo somos pareja, Santi es hermano de Gabi, Manu estuvo con nosotros en la carrera, Arina, Javi, Rodri… Tenemos nuestra banda, Candy’s Freckles… Entonces, estando aquí, en En Vilo, como fuera, somos amigos.

R [Gabriela]: Creo que también lo hemos llevado todo con mucho respeto, no nos venimos arriba, sabemos lo que puede aportar cada uno, en lo que es bueno, entonces no nos pisamos en ningún momento y sabemos a lo que venimos aquí. Por ejemplo, Santi viene y sabe que está de asistente de producción. Entonces, nada más llegar se pone a pensar en cómo enriquecer el escenario. Arina lo mismo, sabe que puede enriquecer el escenario un montón, es la que aporta los detalles que quedan después más destacados en la sesión. Todos sabemos en lo que somos buenos y que venimos a explotar eso en lo que somos buenos. Yo no me voy a meter en el sonido, por ejemplo, porque no lo controlo.  Cada quien tiene claro su papel, nos llevamos bien y luego, si hay algún inconveniente, que rara vez ha pasado, se discute y se habla. No se lleva más allá nunca.

R [Pedro]: Problemática, ninguna. Al contrario, buen rollo siempre.

P: Volviendo al tema de la audiencia, ¿es necesario acostumbrar al público ofreciéndoles un producto profesional y serio en una sociedad absorbida por los productos inmediatos, rápidos, aparentemente fáciles?

R [Pedro]: Aunque podemos decir que En Vilo está dentro de la industria cultural o de la industria musical, dentro de todas las industrias culturales, por así decirlo, pero ni pinchamos ni cortamos. La industria musical está como está. Es decir, si la canción puede durar dos minutos en vez de tres mejor. Nosotros en En Vilo no tenemos ese pensamiento. Lo que queremos es que no solo escuches una canción de un artista y que todo sea solo esa canción. Queremos que descubras al artista, que veas cómo es en directo, su puesta en escena, su forma de mirar, su forma de moverse. Creo que en los años 80 y 90 también pasaba eso, con los primeros videoclips: cuando ves el artista es cuando te puedes sumergir más aún en la canción. A día de hoy no veo tanto eso, hoy es un producto, como tú has dicho, inmediato: la canción de dos minutos treinta es el estándar diario de la industria. Si te sales de eso, ya no pega en la radio, ya no pega en Youtube ni Spotify.  Ya no funciona.

R [Gabriela]: Yo ahí difiero un poco. Sí es verdad que, a nivel de radio fórmula, buscamos eso, dos minutos y medio, o tres minutos, buscamos lo inmediato. Pero luego veo que Santi, su generación y las generaciones más jóvenes, están tirando más por lo real, por el be real, por el “no pongas una foto super editada ni una canción super producida”, busquemos algo más natural. Esta nueva generación está dándose cuenta de que todo está muy artificial y quiere buscar lo verdadero. Pienso que En Vilo encaja mucho en eso: es natural, lo hacemos de una sola toma, si alguien comete una cagada, si no es muy gorda sale en el vídeo, eso te da naturalidad. Pienso que hay mucha gente, una corriente de mucha gente que está buscando las cosas menos filtradas, y En Vilo cubre esa carencia.

P: Continuando con el público, sabemos que ahora, en redes sociales, es inevitable tener un perfil atractivo para crecer. Digamos que se prima la apariencia sobre la calidad. Vosotros, que aparte de puente para músicos locales, sois también creadores de contenido, ¿cómo veis esto? ¿Qué expectativas de crecimiento albergáis, de aquí a un año, por ejemplo?

R: Sobre las expectativas que teníamos para este primer año, es decir, hasta mediados del próximo septiembre, te diría que vamos por encima de lo que teníamos proyectado. Las cifras… ¿realmente importan? Bueno, a lo mejor pueden importar por una hipotética solvencia económica, porque claro, una marca, el Concello, lo que sea, público o privado, sólo te van a meter dinero, sólo te van a apoyar económicamente si realmente tienes cifras. Entonces, ese dilema de decir “vale, vamos a pelear por las cifras, por tener un millón de seguidores”… No lo sé. Nosotros estamos haciendo el producto, la gente se va suscribiendo a nuestro canal de YouTube, nos va siguiendo en Instagram, vamos teniendo feedback, cada vez más, la gente nos escribe más… Pero tampoco queremos forzar nada. Tampoco podemos ser un espejismo, porque las redes también tienen mucho de eso, ¿no?, de espejismo, de titular fácil, de miniatura escandalosa para que pinches en el vídeo, para que hagas clic. Es el mundo del clic. Queremos escapar de ahí. ¿Que un vídeo tiene 80 visitas? Bueno, pues han sido 80 personas que han visto el vídeo y han disfrutado, genial. Prefiero que un vídeo tenga 80 visitas, pero que esas 80 personas que lo han visto hayan disfrutado, a tener un millón de visitas que sean, simplemente, que han pinchado ahí, muy bien, y que en nada abandonan el vídeo. Eso no nos sirve de nada.

P: Acabas de mencionar las cifras en relación a la solvencia ecónomica de un proyecto que busca, como uno de sus objetivos, ayudar a artistas locales y emergentes que no lo tienen fácil para costearse otro tipo de encuentros o grabaciones. Pero ¿a vosotros quién os ayuda? Sobre todo, en la búsqueda de financiación para que sea un proyecto estable a largo plazo, ¿habéis encontrado apoyos, o estáis teniendo dificultades?

R [Pedro]: Todas. Primero, porque la base la estamos poniendo todos de nuestro bolsillo. Por lo pronto, marcas que se hayan acercado a nosotros, que yo recuerde, nada; ayuntamiento, nada. Nadie nos ha dicho “oye, os vamos a ayudar”, por lo pronto. ¿Llegará? Pues esperemos que sí, pero ahora mismo no tenemos ninguna vía de financiación. Nosotros no le cobramos nada al artista, ni tampoco le pagamos nada. Claro, lo ideal en todo esto es que hubiera financiación de por medio y pudiésemos, ya no cobrar al artista, sino pagar al artista por venir aquí, que también es lo justo, porque el artista está viniendo aquí a traer su arte y, aunque no haya público, no deja de ser tiempo del artista. Creo que en eso estamos todos de acuerdo, en que no queremos parecernos a otros formatos que no voy a nombrar. Y no es pagar 50 o 60 euros al artista, es pagar una cantidad justa por su tiempo y por su arte, porque el artista se pega semanas, meses, años componiendo sus canciones, y eso tiene que estar recompensado económicamente.

P: Tenéis una programación muy a tope, con muchos artistas y grupos llenando vuestra agenda. ¿Os sorprendió que vuestro proyecto despertase el instinto creativo o que, incluso, ayudara a que cada vez más y más artistas se quitaran la vergüenza a exponerse y se dijeran “pues mira, voy a grabar y a vivir la experiencia”? ¿Esperabais esta recepción tan buena?

R [Gabriela]: Yo no. De hecho, al principio del proyecto teníamos una lista de artistas que nos gustaría traer. De algunos artistas dijimos “bueno, si el proyecto se asienta y llega a crecer de verdad, les podemos escribir”. Pensábamos que la dinámica iba a ser esta, nosotros escribir a los artistas, pedir que vinieran, y a ver… Nos encontramos que un par de artistas de los que teníamos estipulados para contactar si esto funcionaba nos escribieron a los dos meses “¿podemos ir?”. Ahora mismo, la dinámica está siendo que nos cuesta mucho escribir a artistas cuando tenemos a tantos artistas en lista de espera. Sí, nos sorprendió muchísimo la recepción del proyecto, pero nos sorprendió para bien. Es un halago al trabajo que hacemos la cantidad de artistas que nos están escribiendo. Creo que es una de las mejores compensaciones al trabajo que estamos haciendo.

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