Conversamos con César de Centi, la quintaesencia de la figura del cantautor, que hace de la palabra la guía adecuada ante las vicisitudes del camino
Las inclemencias que encumbraron el regreso de Ulises a Ítaca en la Odisea; la gran responsabilidad del héroe con un gran poder; la muerte del espíritu como una vida sin arte, o algo parecido dijo Auster. Llevar la comunión de la palabra y la música como estandarte te aproxima al lado oscuro de la realidad, y te ensalza como escultor de las vivencias personales y de quiénes escuchan tu mensaje. Por si fuera poco, la responsabilidad de avivar el ánima recae en cada canción que compones. Desde Cool Coruña, hemos tenido la oportunidad de conocer más a fondo a César de Centi, cantautor por necesidad y naturaleza, que transforma los caprichos y designios del camino vital en belleza con sus dos grandes amigas: la palabra y la guitarra. De nuevo, es hora de abrir el telón. Comenzamos.
P: Nos gusta empezar la entrevista dando la voz al propio entrevistado para que se defina a sí mismo. ¿Quién es César de Centi?
R: César de Centi es un músico que no tuvo muy claro que quería ser músico hasta muy tarde, y que hace canción de autor. En mi espectáculo es importante la palabra, es muy importante el texto y cómo se dice. Después, a nivel personal, te diré que soy un tipo algo nervioso [risas]. Es complejo hablar de uno mismo.
P: Pero lo que sí está claro es que encarnas un poco lo que representa un cantautor, con su guitarra como compañera de viaje, y sus letras como confesiones elegantes de la emoción, ¿no? Pero, todo músico tiene sus influencias, ¿cuáles son tus referentes como compositor?
R: Sí, digamos que me parezco mucho al concepto tradicional de cantautor, y mis referentes son cantautores muy arraigados, como Serrat, Aute, Silvio, Pedro Guerra, Ismael Serrano, Sabina, Santiago Feliú, Víctor Jara… En fin, toda esa generación de músicos maravillosos con los que crecí y con los que me convertí en el músico que soy a día de hoy, gracias a ellos y a mis vivencias.
P: Todos los que mencionas han sido grandes cantautores de nuestro país pero, hoy en día, en el panorama actual de la música, ¿crees que la figura del cantautor está, o podría estar, en peligro de extinción?
R: En realidad, el cantautor estuvo en peligro de extinción mucho tiempo. Es cierto que, en España, la Transición fue un movimiento o, si se puede llamar así, un estilo muy recurrente, pero los tiempos han cambiado en algunas cosas y, a lo mejor, la gente joven no es que no busque cantautores, sino que las tecnologías tiran hacia otro lado. La canción de autor, los cantautores reivindicamos lo sencillo, la persona con una guitarra, las canciones sencillas, con un mensaje directo. Pero, aunque hayan aparecido nuevos estilos que a la gente mucho más joven le están funcionando, no creo que vaya a desaparecer el cantautor al uso. El cantautor seguirá existiendo. Se centra en la palabra, como te decía antes, en el texto y, en cambio, en otros estilos como el reguetón más comercial los textos puede que no tengan mucha importancia a nivel literario, aunque probablemente haya otro tipo de reguetón que sí tenga textos más trabajados.
P: Ya que mencionas la importancia de las letras, hay un verso en una de tus canciones que es “y quiero cantar, cantar, cantar, aunque una canción no cambie el mundo, que al menos lo baile”. Aborda un poco la experiencia del intérprete, del que se pone delante de un público. ¿En dónde crees que reside la magia de ese momento?
R: Es una canción dedicada a la gente que se sube a un escenario. Estructuralmente, empieza con unas estrofas un poco enrevesadas a nivel de texto, y un estribillo fácil, con un mensaje directo. Está pensado para que se convierta en algo muy repetitivo. Pero volviendo a la pregunta de dónde reside la magia de cantar delante de un público… Pues reside en el hecho de que cantar delante de la gente hace que tu obra o tu trabajo adquiera protagonismo, amplitud. De alguna manera, está guay hacer canciones para ti, pero es muy emocionante ver cómo hay canciones tuyas que pueden revolver a otras personas.
P: Hablando de la parte complicada de la música, de vivir en este mundillo de conciertos, salas, de un sitio para otro. ¿Cómo ves la vida del músico, lo que supone estar lejos de la familia o de tu entorno, en constante movimiento?
R: A mí no me pasa, supongo que si me fuese tan bien como lo que dices vería menos a mi familia. La profesión de músico tiene mucha incertidumbre, la de tratar de seguir adelante con tu música y poder vivir de ello. Eso por un lado. Por otro, yo llevo toda la vida queriendo hacer esto, llevar mis canciones por ahí, y ahora que casi lo he conseguido, siento que me he hecho mayor para algunas cosas, como la soledad. Agradezco mucho cuando voy con un músico, con un amigo, porque comparto también el sueño de haberlo conseguido o de, a lo mejor, estar consiguiéndolo, de estar llegando a lo que tú anhelas y de que alguien te acompañe y comparta contigo esa experiencia.
P: Porque imagino que es un camino muy solitario.
R: Claro, es complejo, de mucho transporte público, de mucho coche propio… La palabra “solitario” resume mucho lo que hacemos cuando vamos por ahí, y lo que implica luego al llegar a los sitios, pasando de tener muchas expectativas pero queriendo que salga todo bien.
P: Sobre las expectativas en una profesión con tanta incertidumbre, ¿qué crees que es más importante, el camino que se va haciendo en la música o el objetivo que uno se puede marcar?
R: El camino es lo importante, lo tengo claro. Hace tiempo, hablando con un amigo sobre esto mismo, yo le decía que para mí vivir de la música era lo que estaba haciendo yo en ese momento. Y él me decía: bueno, a lo mejor, vivir de la música es lo que haces tú, dando por sentado que no hay nada más. Indudablemente, hay que pensar en el presente y tratar de pensar en el futuro lo menos posible. El camino es lo importante porque es lo que disfrutamos. El objetivo, en cambio, es algo que no se puede tocar… A veces me hago la pregunta de cuál es mi objetivo, y me respondo que yo me marco objetivos muy a corto plazo.
P: ¿El hecho de componer te ha servido, digamos, de acompañante o de canalizador en esos momentos de incertidumbre, flaqueza o soledad?
R: Sí, hacer una canción es un buen antídoto para la vida. Es algo que te ayuda a llevarla mejor, te arranca por momentos la soledad, la pena… Es algo brutal. Vengo diciendo que es muy emocionante pensar que, al final, yo estoy haciendo mi vida, estoy relatando mi vida a través de mis canciones. Quiero decir que, si echo la vista atrás, a los temas de mis 20 años, viajo en el tiempo a aquellos momentos, me acuerdo de las personas con las que estaba… La canción tiene un poder muy grande.
P: En ese sentido, sois un poco alquimistas de la realidad, porque conseguís transformar las vivencias en belleza, cuando la realidad en sí, muchas veces, es un poquito más cruda, más difícil o correosa…
R: Sí, yo busco eso. Un compañero mío, Fran Fernández, que es un gran cantautor, decía que buscaba la belleza. De hecho, tiene una canción que se llama “Busco la belleza”. Con una canción buscas la belleza, buscas escaparte de todas esas cosas oscuras que hay a tu alrededor y tratar de que, en un minuto y medio o dos, haya un resumen positivo de todo eso.
P: Hablando de cosas positivas, acabas de completar mediante crowdfunding la financiación para tu próximo álbum. ¿Cómo surgió la idea?
R: El crowdfunding lo hago hace 10 años, cuando aún no se hacían, y me trajo muchas cosas buenas. Era algo muy nuevo aún, pero la gente lo recibió muy bien y me apoyaron con ese disco. La idea surge de un comentario con una amiga hace diez o doce años, después de haber leído yo muchísimo sobre el tema y de ver hasta qué punto eso podía condicionar negativamente mi carrera. Y entonces decido dar el paso. Fue complejo en su momento. Ahora, 10 años después, estoy en un momento en que quiero, digamos, dar un golpe en la mesa, no sé si es la expresión más acertada, pero sí que quiero crear, trabajar mejor y trabajar con ciertas personas que admiro desde hace tiempo. Por lo tanto, hay una inversión económica mucho más grande, que es lo que propicia que yo piense en hacer otro crowdfunding. Porque es un disco más costoso por el tema del productor, que tiene muchas referencias, es un músico muy experimentado de Luz Casal, Sabina y mucha gente más. Este crowdfunding me lo pensé bastante, fue algo complejo, le di muchas vueltas para ver si estaba bien hacerlo ahora o no… Y la verdad es que fue duro, pero divertido también, todo a la vez [risas].
P: ¿Qué duda se te pasaba por la cabeza?
R: La más importante es ¿cómo lo va a recibir la gente? Porque no todo el mundo sabe lo que es un crowdfunding y muy poca gente se ha parado a reflexionar que no es beneficencia.
P: Es como un mecenazgo, ¿no?
R: Claro, pero muy poca gente se ha parado a pensar… Bueno, te puedo asegurar que mis mecenas sí, pero muy poca gente se da cuenta de que es una manera muy buena de sacar adelante proyectos culturales a cambio de que, en mi caso, el disco te llegue íntegro a tu casa y que te cueste mucho menos. Aparte, está el plus de ayudar a alguien que está tratando de sacar adelante un proyecto cultural y una carrera. Para mí, sacar discos es importante porque me permite continuar caminando, avanzando.
P: Ahora, como hace 10 años, ¿te esperabas una recepción tan buena de la gente? ¿Te sorprendió?
R: Hace 10 años no me lo esperaba. Lo conseguí en cuatro días. Era mucho menos dinero, pero esto era por entonces una cosa muy rara. Y esta vez no me lo esperaba, porque era mucho dinero. Y seguimos el proceso, la gente de mi entorno y yo. Fue un proceso yo diría hasta complicado, en algunos momentos, sobre todo al principio, porque hay mucha incertidumbre, otra vez la palabra “incertidumbre”… Luego también hay otro punto, que es el pensar hasta qué punto tienes una comunidad de personas que te pueden apoyar para conseguir esa cantidad de dinero. Indudablemente, hay mucha gente de mi entorno, pero también hay mucho trabajo mío. Lo que diferencia este proyecto de crowdfunding del proyecto del pasado es que me cogí la guitarra y me fui por ahí a tocar, porque tengo muy buen público en todos los sitios a los que voy a tocar por España.
P: Ya para terminar, este proyecto quiere ser un golpe en la mesa en tu carrera. ¿Cómo dirías que va a ser tu nuevo disco?
R: Mi nuevo disco va a ser el disco más personal de todos los que hice, con canciones muy sentimentales. En este momento, estoy trabajando en la canción que va a dar nombre al disco, y va a hablar de la ansiedad, de la incertidumbre, del miedo. Antes me preguntabas sobre el sentido de hacer música… Creo que las canciones son un bálsamo y una manera de transcribir lo que me sucede a mí en la vida, las heridas que tengo. Las canciones son como tiritas para esas heridas. Creo que, por eso, va a ser mi mejor disco, porque para que un disco funcione tiene que tener la máxima verdad posible.