/

«El marinero que perdió la gracia del mar», la crudeza de una gloria ignota

2 minutos de lectura

Por Mateo López Veiga.

Yukio Mishima, el último samurái de la literatura.

La gloria, como todo el mundo sabe, tiene un sabor amargo. Tan sencillo y tan sublime, así cierra Yukio Mishima su novela «El marinero que perdió la gracia del mar», un relato trascendente que nos adentra más a fondo en el singular universo creativo del autor japonés. En esta ocasión, realiza una profunda deconstrucción introspectiva sobre la idealización frustrada, la transgresión conductual como inducción a la búsqueda de un lugar en el mundo, y el anhelo de una gloria no consumada, desde la perspectiva de sus protagonistas, Fusako, Noboru y Ryuji.

En un contexto social decaído y convulso, después de la traumática derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial, a manos de los Estados Unidos, la novela nos presenta a Ryuji, un marinero desencantado con el mar, resignado ante la imposibilidad de alcanzar una gloria que consideraba predestinada. Este conoce a Fusako, una mujer viuda que trabaja de vendedora en una modesta tienda de la zona. A partir de su primer encuentro, entre Ryuji y Fusako florece paulatinamente un amor inesperado. Después de un intenso debate interior, el fortalecimiento del vínculo con Fusako doblega los anhelos inexplorados de Ryuji, impulsándolo a abandonar la vida marítima, para comenzar de cero con ella, en tierra. Fusako tiene un hijo de 13 años, Noboru, un niño apasionado del mar que intenta descubrir su lugar en el mundo, junto con su grupo de amigos, liderados por el jefe. Al principio, encuentra en Ryuji un referente heroico, pero experimenta una enorme desazón, al enterarse de su plan de instalarse en casa. Ryuji, el hombre que idealizaba por su relación con el mar, se convertiría en su padre, y no soportaba aquella realidad. La novela concluye con la preocupante amenaza que suponía Ryuji para Noboru. El grupo urde un plan para conjurar el peligro, y atraer al marinero a su muerte. Durante el proceso, las reminiscencias de sus aventuras en el mar reviven la pasión de Ryuji por su antigua vida, marcada por el anhelo de una gloria amarga.

Lo más sorprendente de este clásico de la literatura japonesa, radica en la genialidad de Mishima para elevar la crudeza de la realidad a una dimensión de profundidad superior, sin perder la sencillez rutinaria que nutre la vida de sus personajes. La relación entre Fusako y Ryuji se desarrolla como un amor carente de romanticismo, más práctico que pasional. Sin embargo, entraña una intensidad emocional notable, racional, que cimenta un vínculo que va más allá de la irregularidad caótica de las relaciones gobernadas por la pasión. Refleja un querer moderado, una cualidad acorde con la personalidad de ambos.

También resulta interesante la convergencia entre el desencanto de Noboru con las expectativas depositadas en Ryuji, y la compleja construcción de la identidad que experimenta. Los ideales de su grupo se rigen de un disruptivo código de conducta, que procura allanar su camino vital, y acometer un cambio real, que solucione la precaria intrascendencia en la que los adultos sumen al mundo. En este punto, el nihilismo pueril que predica el jefe entra en conflicto con la predisposición natural de la niñez de buscar héroes, referentes a quiénes idolatrar. Noboru se encuentra inmerso en una tesitura complicada, solo, ante un dilema deontológico que enfrenta su inocencia infantil, con la responsabilidad de cumplir un propósito que aún no comprende del todo. La decepción es una reacción intrínseca a una realidad que no cumple una expectativa previa, pero Noboru eleva la consecuencia de su decepción a una cuestión de urgente gravedad, concibiendo a Ryuji como un intruso que, no sólo amenaza con alterar su entorno, sino que destruye su idealización heroica sobre la vida en el mar, sobre esa gloria lejana que comparten como anhelo, y que deja un sabor amargo.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

Historia anterior

Bailemos con la danza

Siguiente historia

Terreo Cocina Casual y Eclectic triunfan en la Gala Soles de Guía Repsol

Últimos desde Historias

0 $0.00