Escrito por Paloma Smith Álvarez.
En A Coruña existen varias escuelas y academias privadas dedicadas a la danza, además del Conservatorio Profesional de Danza. Sin embargo, hoy hablaré sobre la escuela en la que cursé la mayor parte de mi formación, aparte de mis dos años en Portugal. Danza 10 es una escuela multidisciplinar que cuenta con más de 17 disciplinas, y luego está el CEDA Danza 10, el conservatorio profesional de danza privado. En este espacio me centraré en el funcionamiento del conservatorio.
Para entrar, debes realizar unas pruebas de acceso obligatorias, para acceder al curso que te corresponda, según el nivel que tengas. El conservatorio comienza en el nivel más bajo, la Iniciación. La edad habitual con la que se accede oscila entre los 5-6 años. Después de la iniciación viene el grado Elemental, integrado por un programa 4 cursos, en el que, en su el último año, los alumnos cursan un total de 8horas semanales. Al finalizar 4º de Elemental, es frecuente realizar una prueba de acceso para pasar al grado Profesional, que consta de 6 cursos, en los que llegas a cursar hasta un total de 23h semanales en el último año. Este suele terminarse con 17-18 años, pero evidentemente este ritmo varía, pues está sujeto a cualquier circunstancia posible.
Durante todos los años de conservatorio impartes una gran variedad de disciplinas. La principal es la danza clásica, aunque más adelante, en Profesional, la danza contemporánea cobra bastante importancia. Además, acompañan otras disciplinas como acondicionamiento físico, baile gallego, danza española y flamenco, danza de carácter, pantomima e interpretación, paso a dos, repertorio, etc. Por otro lado, se estudian las asignaturas teóricas como música, historia de la Danza y anatomía; estas dos últimas sólo se imparten en los dos últimos años de Profesional. Todos los horarios mencionados anteriormente están recogidos en el BOE.
Actualmente, dentro del conservatorio imparten clase un total de 4 docentes, muy cualificados en sus correspondientes áreas. En mi trayectoria, me han formado varios de ellos, pero hay uno al que quiero destacar por encima de los demás. Miguel Angel Ponte, licenciado en Grado Superior en Coreografía e Interpretación, se especializó en Danza Clásica y Contemporánea. Además, estudió el Master en Artes Escénicas y el Doctorado en Raíces Rituales de la Danza y su Relación con lo Sagrado. También cursó el grado Profesional entre Druida Danza y Conservatorio Real de Madrid, pero no terminó porque fue becado para el Conservatorio Superior en un concurso. Él fue el que más me ha enseñado en toda mi formación. Me cogió en un momento delicado, en el que llevaba 1 año parada, y me puso las pilas, de manera que, en dos cursos, accedí a una de las mejores escuelas de danza de Europa en Portugal. Y, tras estar allí 2 años y lesionarme, volví el curso pasado (2022-2023), y Miguel siguió apostando por mí, impulsándome para que este año finalmente accediese al Conservatorio Superior de Danza María de Ávila.
Después de todos los maestros y docentes que he tenido, Miguel Ángel Ponte se convirtió en un referente para mí. Su forma de enseñar, de visualizar la danza y su destreza para transmitirla no lo he visto en ningún otro. En el mundo de la danza son necesarios docentes como él, con la vocación y el amor verdadero que profesa le profesa, con todo su conocimiento, y la capacidad de enseñarla de la forma correcta a sus alumnos.
Si me preguntan qué tiene la danza de especial , diría que puede transmitir al público historias completas con cada movimiento. La precisión técnica, la elegancia y la gracia que comporta, consiguen cautivar a quiénes tienen la oportunidad de disfrutarla en directo. Constituye una combinación da música y fluidez de movimientos, una fusión potenciada por la habilidad excepcional de los bailarines, que consiguen evocar diversas emociones a través de la danza, creando una experiencia única y efímera para el espectador. Si sumamos también la belleza estética y la disciplina que se necesita para dominar este arte, la danza clásica trasciende a un escalafón de solemnidad superior, al alcance de muy pocas cosas en este mundo.